Lost & Found

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Alec despertó con mucho calor. Sabía lo que eso significaba, e iba a levantarse para buscar sus supresores cuando sintió un cuerpo detrás suyo, frotándose contra él, unas manos descendiendo por su pecho y abdomen y unos labios besando su cuello.

El delicioso contacto de piel con piel hizo que la razón se fuera por la borda y que el celo volviera a tomar completo control de su cuerpo.

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Despertó cuando oyó una puerta cerrarse. Olió el cuarto; apestaba a hormonas suyas y de Alfa. Era muy claro lo que había pasado ahí.

Se levantó y se vio en un espejo. Tenía marcas por todo el cuerpo, pero en el cuello tenía la marca de una mordida.

Su padre tenía razón cuando lo corrió. Era un cualquiera. No sólo había pasado su celo con un desconocido, sino que se había dejado marcar. ¿Qué diría su padre?

Decidió apartar esos pensamientos y concentrarse en tareas simples; bañarse, vestirse y huir de ahí.

Al salir vio comida, así que tomó un poco, escribió una nota en forma de disculpa y se fue.

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Magnus sonrió al despertar y sentir un cuerpo a su lado. Ya eran 3 días que despertaba así, y ya se estaba acostumbrando al calor del cuerpo junto a él.

Se levantó y vio que su Omega seguía dormido, así que decidió preparar el desayuno. No sabía que le gustaba al Omega, pero planeaba conocerlo.

Después de todo, lo había marcado.Ni siquiera sabía su nombre o su edad, pero desde el momento en que lo vio, supo que tenía que hacerlo suyo.

En los días que estuvieron juntos, cada vez que el Omega despertaba y Magnus no estaba, usaba su llamado Omega para traerlo de vuelta a la cama (no que Magnus se quejara) .

Cuando terminó de preparar el desayuno, decidió salir a comprar unas rosas.

Al volver, el único rastro del Omega era una nota.

Lo siento por llevarme tu ropa, o tu comida.

Prometo no volver a molestarte.

A.L.

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Magnus se había vuelto frío y distante desde el día que sus amigos llamaban "Edom", siendo ese el nombre del restaurante dónde lo vieron feliz por última vez.

Cuando llegó a su oficina días después, no era el mismo de siempre. Traía poco maquillaje, y vestía de negro. Su comportamiento era muy formal, rozando lo frío.

Nada había quedado de aquel jefe alegre, colorido y brillante que sus empleados acostumbraban ver.

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15 días después

Magnus estaba en una junta cuando sucedió.

Su secretaria omega, Camille, entró con una bandeja de café y lo atacaron las náuseas. Pero cuando se acercó a servirle, apenas tuvo tiempo de disculparse y correr al baño, y ahí regresó todo lo que había comido.

Volvió a pasarle un par de veces, y sin saber si era culpa del café o de Camille, dejó el primero y corrió a la segunda. Lamentó tener que dejar el café, pero encontró consuelo en el chocolate caliente.

Lo de Camille no lo lamentaba; igual lo molestaba mucho.

No soportaba el olor de Omegas cerca de él; por eso modificó los puestos y le pidió a Tessa, una amiga suya que era Beta, que fuera su secretaria. Ella aceptó, sacando sus propias conclusiones.

Alfa & Omega~ Malec ????Donde viven las historias. Descúbrelo ahora