Alfa & Omega~ Malec ????

Responsabile

Esa noche, mientras Alec era arrastrado hacia un club por sus hermanos, se arrepentía de todas las decisiones que había tomado y que lo habían llevado hasta ese momento.

Pero una hora después, cuando ingresaba a una suite en los fuertes brazos de un Alfa, mientras el moreno lo besaba en todos los lugares donde alcanzaba a hacerlo, lo último que sentía era arrepentimiento.

Y más tarde, cuando se encontraba debajo de él, gimiendo su nombre, había olvidado esa palabra.

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Cuándo despertó al día siguiente, se encontró completamente desnudo, al lado de un hombre en las mismas condiciones que él.

Mierda.

Rápidamente tomó sus cosas y se vistió.

No podía decir que se arrepentía; esa había sido una de las mejores noches de su vida.

Pero tampoco se iba a quedar ahí.

Por lo que había oído de sus hermanos cuando pasaban la noche con alguien, el que despertara primero debía irse (a menos que estuvieran en su propia casa, por supuesto).

Y ya que él había sido el primero...

Buscó papel y pluma, y apresuradamente escribió una nota.

La dobló, y después de  mirar una última vez, se fue.

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Ya habían pasado unos días y su vida parecía seguir igual.

Al menos hasta que, una semana después de lo del club, cuando iba de regreso de su trabajo a su casa, terminó en el piso, siendo duramente embestido por un Alfa rubio de ojos negros, mientras bajaban lágrimas por sus mejillas.

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Un mes después de ir al club, se empezó a sentir mal. 

Vómitos, mareos, mucho cansancio.

Hasta que un día hizo cuentas, y decidió ir a la farmacia.

Compró lo que necesitaba, y cuando estuvo seguro, fue a una  clínica, sin notar que un paparazzi estaba afuera, y lo había captado en cámara.

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Magnus estaba molesto consigo mismo.

Cuando, después de 5 años en París, había podido volver a Nueva York para por fin establecerse, en vez de escoger una residencia, como cualquier persona normal, decidió salir a un club.

No se arrepintió en ese momento, y mucho menos cuando encontró a un atractivo Omega soltero en la barra.

Y definitivamente no lo sentía con las piernas del Omega alrededor de su cintura en camino a su suite, o cuando el Omega estaba debajo de él, claramente gozando.

Pero lo golpeó con toda la fuerza al día siguiente, cuando despertó en una cama vacía.

El Omega debía haber pensado que Magnus lo llevó a un hotel sólo por sexo. 

Y no lo culpaba. Era casi imposible imaginar que un hotel era la residencia de alguien.

Más bien se culpaba a él mismo por no haberse tomado el tiempo para escoger su residencia antes de ir y buscar a alguien.

Pero aprendió de su error, y lo primero que hizo al terminar su desayuno fue buscar un lugar.

Después de un tiempo, encontró un loft en Brooklyn que era de su agrado, y lo que hizo después de eso fue buscar un buen investigador privado para que encontrara al Omega sin nombre.