Alfa & Omega~ Malec ????

Extra: Edom

Extra de "Lost & Found"
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Después del reencuentro, las cosas entre Alec y Magnus cambiaron. O más bien, empezaron a existir.

Magnus se llevó a Alec a vivir con él, y a cualquier lado que iba, Alec iba a su lado. Alec insistía en qué no era necesario, pero Magnus no cedía. Ya Catarina le había dicho lo que podía suceder si se separaban por mucho tiempo, y él no quería eso.

Alec no pensaba lo mismo, pero cambió de opinión cuando hicieron un experimento en donde Alec se quedó un día laboral completamente sólo en el loft.

Cuando llegó Magnus en la noche, apenas alcanzó a abrir la puerta cuando fue casi tacleado por un lloroso borrón al que posteriormente reconocería como su Omega.

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Los meses habían pasado. Magnus seguía llevando a Alec a todos lados, y también seguía teniendo citas y detalles con él.

Muchos pensarían que eso no habría sido necesario, ya que Alec ya estaba marcado y embarazado; pero Magnus no opinaba lo mismo.

Cuando recién se encontraron, lo hizo porque sentía que se lo debía; pero conforme se fueron conociendo se enamoró de él, y esa pasó a ser una de las tantas formas de demostrarle su amor.

Cómo sea, hoy era uno de esos días. Hoy cumplían 6 meses de ser novios, y Alec cumplía los 7 meses de embarazo.

A esas alturas, Alec ya sabía estar en el loft sin Magnus, así que no le sorprendió cuando Magnus lo dejó ahí, y le pidió que se arreglaran lo mejor que pudiera.

Al final de cuentas, el también llevaba el recuento de su historia, y sabía qué celebrarían. Ya se había acostumbrado a las maneras de Magnus, así que se puso una camisa de manga larga lila, un pantalón negro y zapatos cómodos (tenía los pies hinchados).

Pero después se vio al espejo.

A pesar de que Magnus le decía que era hermoso, también era muy inseguro, y no creía que se viera bien embarazado, así que completó su vestuario con un abrigo negro enorme, tan grande que ocultaba su gran vientre.

Después salió a la sala, donde Magnus ya lo esperaba.

-Alexander...
-Por favor, Magnus.
-Bien. Pero en el restaurante te lo quito.

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Magnus le vendó los ojos, así que Alec no supo dónde estaban hasta que lo destapó.

Y no lo supo porque se lo dijera Magnus, sino porque reconoció el lugar.

-Edom... - susurró.
-Quise venir al lugar donde nos conocimos. La comida es deliciosa, así que lo compré. ¿Te gusta?
-Me encanta... Es sólo que... Yo...
-No puede estar aquí-dijo Raj, el mesero que acababa de llegar, el fiel lacayo de Sebastian.
-Lo siento, ya me iba- Alec intentó girarse, pero la mano de Magnus en su brazo lo detuvo.
-Magnus, no quiero ser un problema para ti.
-Y no lo eres. ¿Quién dice que no puede estar aquí?
-El señor Morgenstern.
-Dígale que viene conmigo.
-¿Y usted es... ?
-Magnus Bane - el hombre palideciò.
-Por supuesto, señor. En un momento vuelvo con ustedes - 2 minutos después, Sebastian volvió con su mejor sonrisa hipócrita, y Raj detrás de él.

-Magnus, que gusto verte - de inmediato volteó a ver a Alec - ¿No entiendes, Lightwood? Te dije que no quería volverte a ver en este restaurante o te arrepentirías.
-Viene conmigo.
-¿Qué?
-Sí - dijo Magnus, y procedió a quitarle el abrigo a su destinado, revelando su gran vientre- es mi Omega.
-¡NO! - rugió colérico.

-¿Tienes algún problema con él, Sebastian?
-Antes trabajaba aquí, pero lo corrí porque era una puta.
-¿Qué dices? ¿Cómo te atreves a insultarlo en mi presencia?

-Oh, Magnus. ¿No lo sabías? Él era mi destino, pero se lió en celo con algún estúpido cliente, y ahora está embarazado. Seguro que el bebé ni siquiera es tuyo.
-¿Cómo te atreves?
-Piénsalo, Magnus. Ni siquiera sabes quién lo mordió.
-En eso te equivocas.
-¿Qué?
-Podré tener esos recuerdos borrosos, pero esa linda marca que ves aquí - señaló a su cuello - la hice yo. Yo fui el estúpido cliente. ¿Qué vas a hacer al respecto?

-Fuera de mi restaurante, los dos. ¡AHORA! - intentó golpear a Alec, pero Magnus se interpuso.

-Tú no me vas a dar órdenes.

-¿Por qué no?
-¿Papi no te dijo? Ahora el restaurante tiene nuevo dueño.
-¿Y dónde está, qué no lo veo? Cierto, no existe. Es una vil mentira. Mi padre nunca me haría eso.
-Oh, querido, veo que hoy no es tu día. El nuevo dueño existe. Y lo estás viendo - el muchacho se puso pálido.
-Esas son mentiras. No tienes cómo probarlo.
-De hecho sí - dijo, y sacó una serie de papeles.

Sebastian los vio, los leyó y los rompió.

-¡Listo! Ya no existen. No eres más el dueño.
-Esas eran claras  copias. En serio pensé que eras más inteligente - en eso los guardias de la puerta lo tomaron de los brazos.

-¿Qué hacen? ¡Suélltenme, bola de imbéciles! - dijo, tratando de liberarse.
-Me has insultado, has hecho comentarios inapropiados, has insultado y humillado a mi pareja y la has tratado de agredir físicamente, y me has vuelto a insultar. Comprenderás que cómo nuevo dueño no puedo permitir esos comportamientos. Ah, y también vas a la cárcel.

Una vez que se lo llevaron, Magnus pidió disculpas por el espectáculo, corrió a Raj y a la mesera rubia la hizo la administradora.

Después se sentó a cenar con su Omega.

-Magnus...
-¿Sì, mi amor?
-A pesar de que estuvo muy bien lo que hiciste, considero que no era necesario. Nos podíamos haber ido, y evitarlo ¿sabes?
-¿Y dejar que te insulte y humille? No en esta vida, Alexander. Aparte, insisto:la comida de aquí es muy buena.

Y así siguieron cenando. Y si Alec tenía alguna duda de lo que haría Magnus por él, con ese pequeño espectáculo se vio resuelto.

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Con mucho sueño y cansancio, pero también con cariño.

Este extra nadie lo pidió, pero yo tenía ganas de escribirlo.

Gracias por leer 📖 🐺 💚💚💚