50°~La fiesta (50K👁️)

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Magnus tocó el timbre y suspiró.

Realmente no quería estar en esa fiesta.

No por la anfitriona: Clary era una de sus mejores amigas, y la apreciaba mucho.

Sino porque ese día se cumplía ya un año sin Alexander, y él no se sentía exactamente con ánimos de celebrar algo.

Pero Clary había sonado muy emocionada de tenerlo en su cumpleaños, y de alguna manera lo había convencido de ir.

Magnus era un hombre de palabra, y ya que le había prometido estar ahí, ahora tenía que ir.

La puerta se abrió, sacándolo de sus pensamientos, y revelando a la pequeña Omega pelirroja que era su amiga.

—¡Magnus!¡Viniste!
—Por supuesto que vine. Feliz cumpleaños, pelirroja— dijo, y le extendió una caja pequeña con un elegante moño.

Clary la desenvolvió, y se quedó sin aliento al ver el par de aretes en forma de trébol, cuyo color combinaba con sus ojos.

Aunque podía parecer un regalo sencillo, ella conocía a Magnus, y sabía que esos aretes definitivamente no costaban 3 dólares.

—Magnus, no debiste...
—Es tu cumpleaños... Por supuesto que te iba a traer un regalo...
—No sé cómo pagartelo...
—No tienes porque... Es tu regalo de cumpleaños; los regalos no se pagan.

Poco sabía Magnus que más tarde, su generoso regalo le sería recompensado con creces.

~~~~~

Magnus estaba en una esquina del departamento, bebiendo.

Normalmente, él sería el alma de la fiesta, bailando, cantando, y contagiando a los asistentes con su alegría.

Pero esa vez no se sentía con ganas.

Clary había notado que estaba sumamente decaído, y le preguntó que le sucedía.

Y al responderle Magnus , se había disculpado con él, y le había dicho que podía retirarse si quería.

Magnus le había dicho que no debía preocuparse por él, que le agradecía la distracción, y procuraría pasarla bien, y aprovechar al máximo la fiesta.

Seguía en su rincón del departamento, cuando vio la puerta abrirse, y escuchó un alboroto, al que no le tomó mucha importancia.

Al menos hasta que vio que varios de los invitados volteaban a verlo con una mirada entre sorprendida y acusatoria.

Magnus frunció el ceño y dejó su copa a un lado, sirviéndose un vaso de agua para despejarse completamente, y ver si realmente lo miraban así y por qué.

Cuando se terminó el vaso, vio llegar a Clary con un bebé en brazos.

—Magnus, pensé que éramos amigos...
—¿Qué?
—Yo sé que no tienes porque decirme todo, pero habría esperado que al menos algo como esto sí.
—¿De qué hablas, pelirroja?
—Magnus ¿Por qué no me dijiste que habías tenido un hijo?—Magnus abrió los ojos, sorprendido.
—Porque no lo tengo.
—No mientas. Aquí tengo la prueba.
—Galletita...— antes de que pudiera replicar, Clary prácticamente le aventó el bebé en brazos.

Magnus lo cargó como había visto hacer a Cat en pediatría, lo miró...

Y se quedó de piedra.

Porque, como había dicho Clary, esa era la prueba.

El bebé era una copia exacta de él: tenía su piel morena, y sus mismos ojos de gato lo observaban con curiosidad y algo de asombro.

Lo único que era diferente era su cabello: en vez de ser lacio, como el suyo, era negro como el carbón, y completamente rebelde.

Alfa & Omega~ Malec ????Donde viven las historias. Descúbrelo ahora