Viaje

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Alec había empezado a planear su viaje a Grecia  desde una década atrás, había ahorrado durante el mismo tiempo, y estaba muy emocionado por hacerlo.

Y seis meses antes de la fecha, conoció a Sebastian.

El tipo era guapo de una manera que solo podía ser descrita cómo peligrosa, y por algún milagro que no sabía a quién agradecer se había fijado en él.

Habían salido en unas cuantas citas, y poco después  habían iniciado una relación, donde el rubio había sacado el cobre.

Sebastian era demasiado celoso con él, y Alec pensaba ingenuamente que era porque no lo quería perder.

También le insistía demasiado en qué tuvieran sexo, y Alec no podía soportar tanta presión, así que lo visitaba cada vez menos.

Pero el verdadero problema llegó un mes antes de su viaje.

Durante una de sus conversaciones -o más bien monólogos, ya que el rubio no participaba ni escuchaba nada de lo que su pareja le dijera- Alec mencionó casualmente que el siguiente mes viajaría solo, fuera del país.

Y en el momento que el rubio volteó con una mirada asesina, Alec supo que que se avecinaba una tormenta.

—¿Que tú harás qué?
—¿Cumpliré mi sueño de toda la vida?— dijo Alec, tratando de aliviar la tensión, y fallando.
—¿Y qué hay de mí?— dijo el rubio.
—Que hay... ¿de ti?— repitió Alec, sin saber muy bien a qué se refería.
—Sí, Gideon. ¿Dónde quedó yo en tu... "planecito"? Ya tienes todo cubierto, así que dime ¿Qué se supone que haga yo?¿Esperar por ti, como un estúpido?

—Si quieres puedes ir conmigo...— ofreció Alec, todavía sin saber bien cuál era la queja de su pareja.
—No seas estúpido, sabes que no tengo dinero. Aparte, no me gusta viajar, y tampoco quiero que me lleves por lástima.
—¿Entonces qué quieres que haga?
—Cancélalo— dijo, simplemente, y Alec quedó en shock.

—¿Qué?
—¿No me oíste? Que. Lo. Canceles.— dijo Sebastian, como si le estuviera hablando a un niño.
—Pero...¿por qué?

—¿Tú crees que se ve bien que mi pareja viaje a otro país, en otro continente, mientras yo me quedo aquí?¿Qué van a decir de mí mis amigos? Van a pensar que soy un cornudo. Es más, ya hasta yo lo estoy pensando.
—¿Q-qué?

—Seguramente por eso te quieres ir de viaje a Europa ¿verdad? Estás harto de mí, y quieres echar unas canas al aire, y dejarme por algún griego— Alec tenía la boca abierta para ese punto.

—¡N-No!¿Por qué pensarías eso?— Sebastian bufó.
—¿Por qué? Vamos a ver... Tal vez porque llevo 3 meses pidiéndote que tengamos sexo...
—Pero yo te dije que no estoy listo...
—...y tú te sigues negando...¡ Y ahora te quieres ir al otro maldito lado del mundo! Claramente no me amas.

—Sí lo hago.
—Pruébalo entonces.
—¿Qué?
—Tengamos sexo.
—N-no estoy listo.
-Entonces cancela tu viaje— en ese momento Alec sacó un poco de valor de sabría el Ángel donde.

—¡No! No lo voy a cancelar, Sebastian. Es algo con lo que he soñado desde que era niño.
—Entonces, si no estás dispuesto a tener sexo conmigo, o a cancelar tu viaje, claramente no me amas, y está relación no va a ninguna parte— el rubio caminó furioso hacia la puerta.
—¡Sebastian!¡Espera!

Pero ya era muy tarde. El rubio ya había cruzado esa puerta.

~~~~~

Alec lo pensó. Lo pensó mucho, durante una semana completa.

Y al final de esa semana, tomó una decisión.

No valía la pena el sacrificio. Si lo hacía, no sería feliz, y se arrepentiría después.

Alfa & Omega~ Malec ????Donde viven las historias. Descúbrelo ahora