Amarte duele (AyA)

Parte 46 - Salida

Los días habían pasado. Any le preguntó a Derrick si podían ser amigos, pero él le había dicho que de momento no podía ser un buen amigo, al menos no mientras la olvidaba y ella entendió. Conocía ese sentimiento a la perfección y haría todo para ayudarlo, incluso si eso significaba intentar alejarse de él y darle tiempo. Las cosas de Poncho seguían ¿normales? Nunca hablaron del beso del concierto y al menos las cosas no eran incómodas entre ellos. Muchas veces Any se descubría cerca de él con ganas de abrazarlo.

Poncho intentaba no pensar en Any, nunca había aclarado con ella lo del beso, pero no pensó que fuera necesario, al final sintió que eso complicaría más las cosas. La relación con Claudia tampoco iba muy bien desde la última discusión que tuvieron, él sabía que no la amaba, era guapa, pero no lo llenaba, no conversaban o reían juntos, era una relación en la que se había metido sin pensar y a veces sentía que no sabía como salir de ahí.

—¿Entonces qué, papás? ¿Nos vamos de fiesta el sábado? — preguntó Ucker emocionado. Era el primer fin de semana, en mucho tiempo, que Pedro les había dado libre. Consideró que se merecían un descanso y eso los había alegrado, casi nunca pasaba.

—Yo tengo planes, mi rey. Lo siento — Poncho no parecía nada animado.

—No, pero dilo más animado a ver si te creemos, Poncho.

—¿Claudia?

—Sí — contestó — Tuvimos una discusión y desde eso ha intentado por todos los medios que nos arreglemos. Planeó una cita de "reconciliación" el sábado en la noche — hizo el ademán de comillas con los dedos.

—De verdad que no entiendo, brother. ¿Por qué estás con ella? Perdóname que te lo diga, pero se nota que no la quieres.

—Es lo que le he dicho — Chris comenzó a hacer que contaba con los dedos — Ya perdí la cuenta. A ver si a ti sí te escucha, Ucker.

—Ya, ya. Es algo que he estado pensando. No sé, tal vez el sábado es la oportunidad para que hablemos todo y le pongamos un fin a la relación — Poncho dijo esto esperanzado, pero no estaba seguro de que Claudia se rindiera tan fácilmente.

En el camerino de las chicas, Dul llegaba emocionada y se unía a Any y Mai que ya estaban ahí.

—Ya lo tengo todo planeado — dijo dando saltitos.

—¿De qué hablas, Dul?

—Pues que como tenemos el fin de semana libre, nos vamos de fiesta — Any y Mai la miraron como si estuviera loca — ¿Qué? ¿Por qué me ven así? Hablo muy en serio, tenemos que aprovechar. Hay un antro que abrió hace poco, es como muy exclusivo, así que no nos tenemos que preocupar por paparazzi y eso.

—No, no Dul, lo siento pero ya tengo planes. Quedé de cenar con mi familia.

—Ay Campana, no puedes ser tan aguafiestas. Desde que terminaste con Derrick andas como muy triste. Necesitas distraerte, salir, olvidarte de todo un rato.

—Tal vez Dul tenga razón, Any. Además, ¿hace cuánto no tenemos una salida de chicas? Creo que nos haría bien.

—Ándale Campana, puedes ver a tu familia el domingo. Marichelo y Enrique van a entender, más cuando les digas que es porque vas a salir con nosotras — dijo sonriente.

—No creo, eh. Últimamente se quejan mucho de sus hijos adoptivos que los olvidaron. Todos ustedes los tienen en el abandono — Mai y Dul intercambiaron una mirada culpable. Los papás de Any siempre los habían querido mucho a los cinco, hubo una época en la que pasaban metidos en su casa, pero desde que su vida era tan ajetreada, no habían podido volver.