—Dul, espérate. Hablemos, ¿sí? — le dijo Poncho a Dul mientras la agarraba del brazo — No tiene caso que nos peleemos o discutamos por estas cosas.
Los demás chavos intentaron mantener la distancia para darles un espacio a Poncho y a Dul antes de subirse a la camioneta. Las cosas habían estado un poco intensas en el programa, por más que intentaron no permitir que los comentarios del conductor los afectara, había sido casi imposible. Any se sentía muy culpable y ni siquiera sabía bien por qué. Ella no había hecho nada.
—Es cierto Poncho, no tiene caso. Pero necesito que me des un espacio ¿sí? Tampoco es tan fácil hacerme de oídos sordos a esos comentarios y olvidar que tal vez eso es lo que mayoría de gente piensa de mí ¿no? Que soy una completa estúpida.
—Oye Dul, tranquilízate. En serio no puedo creer que les des tanta importancia. Eso es precisamente lo que hacen estos programas, chismes para ganar audiencia, para que la gente se invente telenovelas en sus cabezas. Pero nosotros somos mejores que eso — le dijo mientras le acariciaba la mejilla — no vamos a dejar que esos comentarios nos hagan daño ni nos separen, ¿me escuchas?
Los ojos de Dul se llenaron de lágrimas y Poncho la abrazó. Un poco más lejos, los demás miembros del grupo suspiraron aliviados y Poncho les hizo una señal para que se acercaran y así pudieran todos salir de ese lugar.
El viaje de regreso fue tranquilo, todos iban un poco más aliviado. Antes de que se bajaran, Pedro llamó la atención de todos y les dirigió unas palabras.
—Okay muchachos, me hago responsable de todo lo que pasó hoy. Les prometo que de ahora en adelante voy a ser mucho más exigente con las entrevistas que acepte. Creánme por favor que ustedes son mi prioridad. Su bienestar es mi prioridad.
—No te preocupes Pedro, nosotros sabemos perfectamente eso. Siempre hemos sentido tu apoyo, lo que pasó hoy no fue tu culpa.
Pedro le agradeció a Ucker sus palabras.
—Dul, Poncho, Any, ¿todo bien? — les preguntó a ellos quienes evidentemente habían sido los más afectados y los tres asintieron. Pedro respiró aliviado y se despidió de ellos deseándoles que descansaran.
Antes de irse, Any se acercó a Dul y un poco tímida le habló.
—Dul, yo...
Su frase se vio interrumpida por un abrazo fuerte de Dul. Any respiró aliviada, su amiga no estaba enojada con ella.
—Tranquila Campana, yo sé que nada de esto es tu culpa. Ni tuya ni de Poncho. Soy yo la que necesita controlarse — las dos rieron aliviadas. Al final todos se despidieron y se fueron a sus casas a descansar.
Any llegó a su apartamento y se tiró en la cama sin cambiarse, estaba agotada. Cuando recordaba lo que había pasado esa misma tarde en esa entrevista, sentía como que había pasado tanto tiempo, y pensar que había sido hacía apenas unas horas. A veces se sentía tan cansada de ese mundo en el que había pasado casi toda su vida. Recordar comentarios hirientes y personas con preguntas indiscretas, pensar en cómo le habían afectado a lo largo de toda su carrera. No entendía por qué había gente buscando hacer chismes y destruir la relación tan bonita que tenían los seis. ¿Por qué las personas insistían tanto con el tema de ella y Poncho? No eran tan insistentes con Ucker o con Dul y Poncho que sí eran novios.
Estuvo meditando un momento y pensando qué era lo que la gente veía o si era simplemente que no los podían desligar de Mía y Miguel, que no podían creer que esa química fuera fingida. Ellos se habían entregado mucho con sus personajes, eso era lo que los hacía ser tan creíbles, lo que había hecho que el público se la creyera y los amara como pareja. «Pero esos son Mía y Miguel, no Any y Poncho» pensó mientras veía el techo de su cuarto.
***
—Oye wera, espérame.
Lo escuchó detrás mientras ella intentaba alejarse lo más posible. No quería verlo, se sentía nerviosa y no sabía que hacer. No podía ver esos ojos color miel en este momento porque si no todo sus esfuerzos se vendrían abajo. De pronto, su mano la tomó del brazo y la hizo detenerse.
—Any, escúchame por favor — dijo Poncho mientras Any seguía dándole la espalda. Ella no tenía fuerzas para voltearse. Él la agarro con toda la suavidad y delicadeza que pudo y la hizo voltearse. Ella miraba hacia abajo, pero él le levantó la barbilla y sus ojos se encontraron. Esos ojos, pensó Any, esos ojos que tanto le gustaban la observaban con tanto amor y ternura. Ella intentó alejarse, pero él no la dejó.
—Tienes que dejar de huir Any, deja de negar lo que estás estás sintiendo, lo que estamos sintiendo.
—Poncho, yo...
—Shhhhhh, no digas nada. Solo escúchame. Yo sé que tienes miedo, yo también lo tengo, pero me da más miedo no intentarlo, me da más miedo pasar el resto de mi vida pensando que hubiera pasado si lo hubierámos intentado, si hubiéramos tenido el valor de enfrentar al mundo y no ocultar más lo que sentimos. Yo quiero estar contigo Any, no me imagino con nadie más. No te voy a decir que no puedo vivir sin ti porque sí puedo. Sí puedo, pero no quiero.
Any lo miró mientras sentía como su corazón latía cada vez más fuerte. ¿Cómo era posible sentir tanto amor por una persona? ¿En qué momento había dejado de ser el wero, para convertirse en el hombre de su vida? Ya no quiso seguir resistiéndose y le acaricio la mejilla, luego subió su mano para alcanzar ese pelo alborotado que tanto amaba, enredó sus dedos en sus rizos negros. Él sonrió con ternura al sentir su contacto y la acercó más él.
Se miraron a los ojos sin desviar la mirada y Any sintió que el tiempo se podía detener en ese momento. Ese era su lugar y no quería separarse de Poncho nunca. Se acercaron vada vez más hasta que podían sentir la respiración el uno del otro y entonces Any cerró los ojos y se preparó para poder sentir sus labios, esta vez no iba a ser actuado, esta vez iba a ser de verdad, por fin...
¡Beep, beep, beep!
El ruido de la alarma la despertó y por un momento, no pudo reaccionar. ¡Qué carajos había sido aquel sueño!
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Amarte duele (AyA)
Storie d'amoreHistoria de un amor que no debió haber sido y nació sin planearlo. Cuando amar duele tanto, cuando te enamoras de la persona incorrecta, cuando amar a esa persona lastima a quienes quieres, ¿qué puedes hacer? ¿cómo te sacas a esa persona de la ca...