—¡Vaya! Hasta que por fin te decides, mi rey — dijo Ucker con una sonrisa ante la mirada incrédula de su amigo. Poncho había querido hablar con Ucker lo antes posible, ya no quería tener que ocultar sus sentimientos por Any, pero a ella le había tomado un poco más de tiempo animarse a hablar con Dul. Él le había prometido esperarla y que cuando se sintiera lista para hablar, él también lo haría con Ucker.
—Espérame, ¿me estás diciendo que ya lo sabías? ¿Pero cómo? — Ucker rió.
—Poncho, hermano, no soy tonto. Te conozco muy bien, creo que más bien de lo crees y ni que decir de la bebé, la conozco mejor que a nadie. Además, a leguas se les notaba que estaban enamorados.
—La verdad no sabía que era tan evidente — dijo Poncho entre divertido y sorprendido — Digo, según yo nadie se daba de cuenta. Bueno ¿y por qué nunca me dijiste nada?
—Pues estaba esperando que sintieras la suficiente confianza de hacerlo tú. Esperaba que te dieras cuenta que, antes que nada, soy tu amigo. Digo, a veces parecía que no querías que yo supiera. Yo sé que ella y yo tenemos historia, pero fue una historia corta. Y nos ha ido mucho mejor como amigos.
—No era que no quería que supieras, nada más... No sé, fue una época muy confusa. Ni siquiera sabía si ella sentía lo mismo, me asustaba sentir algo tan fuerte, está la novela, el grupo. Eran muchas cosas.
—Sí, pero ya ves que todo terminando saliendo bien. Raro hubiera sido que no se enamoraban. Yo también he visto esa química, esa relación que tienen ustedes, no podía ser de otra forma — esto Ucker con una sonrisa sincera y eso alivió a Poncho. Era bueno saber que pensaba así, era un gran amigo.
—¿Supongo que entonces eso quiere decir que no tienes ningún problema con que yo esté con ella?
—El único problema que podría tener contigo — respondió Ucker mientras lo abrazaba — sería si no me invitas a la boda.
—Dul, por favor di algo. ¿Estás enojada? — Any había escondido la cara en una de las almohadas del sofá que tenían en el camerino después de haberle contado a su amiga toda la historia. Le había costado encontrar el momento para hablar con ella, pero con ayuda, o mejor dicho, por insistencia de Mai, al final se había animado.
Any quiso contarle a Dul cómo había pasado todo, como se había enamorado sin darse cuenta, todo lo que había luchado contra sus sentimientos porque no la quería lastimar ni a ella ni a Ucker ni a Poncho. Le contó que había hecho todo lo posible por verlo solo como un amigo, como su compañero de trabajo, pero no lo había logrado. Dul la había escuchado de manera atenta, pero no era fácil descifrar lo que pensaba. En realidad, ni siquiera parecía sorprendida con las confesiones de Any.
—¿Dul?
—Sí, Any. Estoy enojada, muy enojada — dijo por fin levantándose — ¿Cómo es posible que prefirieras sufrir tanto, Campana? Y de paso, hacer sufrir a Poncho. ¿Qué clase de amiga crees que soy?
—Eres la mejor amiga que alguien puede tener, Dul. Esa es la clase de amiga que eres.
—Pues no parece, no cuando ni siquiera confiaste en mí. Digo, era más que obvio, Campana. Yo... Yo me daba cuenta, por la forma en la que se veían, por como actuaban, solo que... Yo quería que tú me lo contaras, que confiaras en mí.
—No, no, Dul — Any se acercó y la abrazó — Yo confío en ti y lo sabes. Has estado a mi lado en los momentos más difíciles de mi vida y sabes que te adoro. Por eso... Yo sentí que te estaba fallando porque... Yo estuve ahí, Dul, yo te vi con el corazón roto, te vi sufrir por él. Sentí que te estaba traicionando, que te podía lastimar y la simple idea de pensar que yo pueda hacer algo que te lastimara, era insoportable.
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Amarte duele (AyA)
RomanceHistoria de un amor que no debió haber sido y nació sin planearlo. Cuando amar duele tanto, cuando te enamoras de la persona incorrecta, cuando amar a esa persona lastima a quienes quieres, ¿qué puedes hacer? ¿cómo te sacas a esa persona de la ca...