Any había estado intentando no pensar mucho en el inminente viaje a Cancún. No quería sentirse nerviosa, pero tampoco quería hacer como que no pasaba nada. Hasta ahora había podido guardar sus sentimientos y hasta había logrado llevarse con Poncho como al principio, y, ahora, le preocupaba echar a perder eser avance.
—¿Cómo estás, flaca? ¿Por qué tan pensativa, eh?
—¡Hola Chris! No, no, para nada. Solo estoy repasando unos diálogos en mi mente, ya sabes, antes de comenzar a grabar.
—Mjm... Es eso, o estás muy nerviosita por el viaje a Cancún, ¿no? — dijo Chris con una sonrisa maliciosa dibujada en sus labios. Any lo conocía lo suficiente como para saber qué quería decir.
—No digas tonterías, Chris, ni al caso. Es solo un viaje para grabar algunas escenas, así que no veo por qué debería de estar nerviosa — resopló Any mientras lo empujaba suavemente.
—A ver, flaca, no me trates como si fuera un idiota. Te conozco desde hace mucho tiempo y tampoco te voy a aceptar que me niegues lo que yo veo con mis propios ojos. Nos ahorramos tiempo.
—Chris, de verdad, no tengo ni idea de qué estás hablando — Any dijo esto un poco nerviosa. Sabía que Chris la conocía muy bien, era uno de sus mejores amigos, pero ella no le había contado nada y no se sentía preparada para hacerlo. No podía negar que le asustaba pensar que él sospechara algo, Any se había esforzado siempre por no ser tan obvia. Chris suspiró.
—Mira, Any, no te voy a presionar. Si quieres que hagamos como que no pasa nada y que yo me haga el idiota, pues está bien. Pero solo te voy a dar un consejo porque te quiero — y Any vio que él la miraba serio, Chris de verdad se preocupaba por ella, siempre había sido así — ¿Por qué no ves este viaje a Cancún como una oportunidad? Una oportunidad para explorar tus sentimientos, para dejar de reprimirlos y vivirlos. Piensa que es un momento que no se va a repetir y solo vívelo al máximo.
—Chris, yo... Yo no te entiendo, no sé de qué sentimientos hablas.
—Solo prométemelo, flaca.
—Ok, ok. Te prometo que lo voy a disfrutar y...
—¿Y?
—Y que voy a aprovechar cada momento al máximo. Lo que sea que eso signifique — Any sabía exactamente lo que significaba, pero no lo iba a aceptar, no quería reconocer nada en frente de Chris, al menos no aún porque eso la hacía sentirse más nerviosa. Suficiente era con que Mai supiera todo. Ya había tenido una conversación con ella al respecto.
—Esa es mi amiga — agregó Chris con una sonrisa. Él sabía perfectamente lo que Any sentía por Poncho y también sabía lo que Poncho sentía por Any, pero los dos eran sus amigos, así que había decidio no intervenir directamente y solo aconsejarlos para que ambos pudieran, por fin, darle una oportunidad a eso que sentían el uno por el otro.
***
—Ya mi rey, me pones nervioso con tus nervios.
—¿Cuáles nervios, wey? Yo estoy tranquilo. ¿Qué no me ves tranquilo?
—Sí claro, un manantial de pura calma tú — respondió Ucker riéndose — No te entiendo, es solo un viaje a Cancún, Poncho. Si no te conociera, hasta pensaría que te da miedo subirte a un avión.
—No, no, Ucker. Lo que pasa es que tengo muchas cosas en la cabeza, ya sabes, estoy preocupado por ese viaje, no quiero relajarme demasiado porque igual es trabajo, pienso en el grupo, aunque sean un par de semanas, los ensayos y eso, me siento también un poco cansado, no sé si un viaje ahorita es lo mejor, y... — «y estoy locamente enamorado de Any y tengo miedo de estar con ella solo porque no sé si voy a poder ocultar mis sentimientos como hasta ahora» pensó Poncho — y no sé, son muchas cosas.
—Mira brother, ¿por qué no te relajas un poquito? No sé qué te pasa, Poncho o qué te tiene tan preocupado, pero si puedo ser sincero contigo, lo que veo en tus ojos es miedo. No sé a qué le tienes miedo exactamente, pero todas las razones que acabas de mencionar solo suenan como excusas — Ucker se veía serio mientras hablaba con Poncho — Eres mi amigo Poncho y sé que tal vez últimamente no hemos hablado mucho, pero sé que algo te asusta y solo puedo animarte para que le hagas frente a tus miedos. A veces se nos pasa la vida entre miedos y no nos animamos a enfretarlos, solo lánzate wey, ponle el pecho a las balas y vive la vida. Aprovecha cada oportunidad que la vida te presenta y sigue tu corazón.
—Suena fácil, Ucker, pero a veces seguir el corazón no es tan fácil.
—No lo es porque nosotros lo complicamos, mi rey. ¿Te das cuenta de que seguir a nuestro corazón nos lleva a la felicidad? Entonces, ¿por qué es tan difícil? Siempre hay complicaciones, siempre hay obstáculos, pero al final del día, seguir el camino que el corazón nos indica, es lo verdaderamente importante. La vida es muy corta papá, vívela. No le des mucha mente a las cosas, solo has lo que sientes.
—Si te sigo escuchando corro peligro de hacerte caso, wey — dijo Poncho riendo — Tienes razón, tal vez me estoy ahogando en un vaso de agua. Quizás solo tengo que aprovechar las oportunidades que la vida me presenta.
—Exacto, mi rey. Así que termina de prepararte y disfruta ese viaje. Ya cuando regreses, nos cuentas todo, aquí vamos a estar esperándote para escuchar todas las historias de lo que viviste en ese viaje.
***
El día había llegado, Any y Poncho estaban junto a las personas de la producción que los iban a acompañar. Aunque ambos seguían estando nerviosos, estaban más tranquilos y dispuestos a ver qué les deparaba el destino en Cancún. Mientras las personas que los ayudaban acomodaban sus malestas, ellos se preparaban para subir al avión.
—¿Qué pachó, wera? ¿Lista para esta nueva aventura? — Poncho la saludó con una sonrisa, esa sonrisa que tanto calor le daba al corazón de Any. Ella lo saludó con otra de vuelta, aunque estaba nerviosa por el viaje, no podía negar que también sentía cierta emoción. Iba a poder estar sola con él, en un lugar hermoso, y eso era como un sueño.
Poncho sentía lo mismo, los nervios y el miedo que sentía hacía unos días, se habían convertido en emoción y entusiasmo. Se imaginaba con Any en Cancún y sentía una corriente que le recorría todo el cuerpo.
—¿Qué pachó, wero? Pues sí, la verdad es que estoy un poquito emocionada — Poncho la escuchaba perdido en sus ojos azules, esos ojos que lo volvían loco. Había momentos en los que sentía el impulso de abrazarla y besarla. Se tenía que recordar a sí mismo que tenía que controlarlo. Aunque, a veces, en medio de las escenas se dejaba llevar.
—¿Solo un poquito? — respondió mientras le apretaba la nariz.
—Solo un poquito — dijo ella haciendo lo mismo y ambos rieron. Aunque no sabían qué esperar, los dos estaban preparados y dispuestos a vivir esta experiencia al máximo. Incluso si eso los llevaba a enamorarse aún más de lo que ya estaban.
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Amarte duele (AyA)
Storie d'amoreHistoria de un amor que no debió haber sido y nació sin planearlo. Cuando amar duele tanto, cuando te enamoras de la persona incorrecta, cuando amar a esa persona lastima a quienes quieres, ¿qué puedes hacer? ¿cómo te sacas a esa persona de la ca...