Parte 24 - Amigos, simplemente amigos...

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Poncho se había quedado congelado al escuchar a Chris, no sabía qué responder, pero tampoco quería quedarse como tarado sin decir una palabra porque solo haría que Chris sospechara más. Después de un rato, comenzó a reír a carcajadas ante la mirada confundida de su amigo.

—Neta que a veces te pasas con tus chistes, Pollito — dijo Poncho cuando al fin pudo hablar, intentando sonar lo más natural posible. Chris no respondió de inmediato, tenía la mirada perdida. Poncho sabía perfectamente bien que no era una broma, pero tampoco estaba listo para hablar del tema con nadie.

—Ya sabía que esta iba a ser tu respuesta — suspiró Chris — negarlo o tomarme el pelo como si estuviera loco.

—Chris, el único que le está tomando el pelo a alguien eres tu con esas bromas.

—¿Sabes qué, Poncho? Está todo bien, digo, si no quieres hablar del tema, está chido. Pero solo para que lo sepas, no tienes muchas opciones wey.

—No te entiendo... ¿A qué te refieres?

—Okay, veamos... Pues Dul no te habla de momento y perdón que te lo diga, pero tampoco me parece una buena idea hablar de este tema precisamente con tu ex. Ucker, que me imagino que sería tu primera opción, está muy ocupado siendo el mejor amigo de Dul — dijo esto un tanto divertido — y además, puesto que no le has dicho, supongo que no te apetece contarle que estás enamorado de su ex. Mai se la pasa con Any porque, al parecer, la flaca también tiene un conflicto interno. Y claramente no vas a ir a desahogarte con la flaca porque, aunque sé que ustedes son muy amigos, no me parece que quieras ir a contarle lo que sientes por ella. Así, mi rey, que tu única opción de momento, soy yo — sonrió ampliamente, como desmostrándole a Poncho que no podía refutar a su lógica.

—Espérame, ¿Ucker está muy ocupado siendo el mejor amigo de Dul? ¿Desde cuándo? — preguntó Poncho un tanto extrañado, pero con una divertida sonrisa en el rostro.

—Esa, mi querido Poncho, es una larga historia — ambos rieron y hubo un pequeño momento de silencio — Mira, yo sé que tal vez yo no soy tu primera opción, pero te conozco wey. Somos amigos y pues te veo sufriendo en silencio, yo solo quiero que sepas que no tiene que ser así Poncho. Si en algún momento quieres hablar, pues aquí estoy, pero si prefieres seguir siendo un mártir sufrido, no te puedo obligar — Chris se levantó como dispuesto a irse, pero antes de que se fuera, Poncho habló.

—¿Cómo lo supiste?

—No hay que ser un genio, mi rey. Ustedes dos tienen una química inexplicable que para nadie es un secreto. Después, ayer que los vi cenando juntos, se veían contentos. En ese momento no me extrañó porque siempre han sido muy buenos amigos, pero entonces te vi hoy con cara de cordero a punto de ser sacrificado, y pues saqué mis conjeturas.

—Eres demasiado observador para tu propio bien wey... Y no es cierto eso que dijiste de que no eres mi primera opción, Chris. Lo que pasa es que no he querido hablar de esto porque no sé, es como si... No sé.

—Piensas que si no lo hablas, lo que sientes va a desaparecer — afirmó Chris mientras Poncho solo asintió con la cabeza — Pero no es así Poncho, uno cree que si no lo dice en voz alta, lo hace menos cierto, y la verdad es que solo te estás engañando a tí mismo y más bien, le estás dando más fuerza a ese sentimiento, puede que sin darte cuenta, te termine aplastando.

—Lo sé, lo sé. Solo que a veces he querido despertar y darme cuenta de que todo fue un mal sueño, que nada de esto que siento es real, que es mi imaginación, pero la neta es que es lo más real que he sentido en mucho tiempo, wey y eso me tiene aterrado.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que te da tanto miedo?

—Que esto no puede ser, Chris, que yo no debería de sentir esto.

—No seas tan duro contigo mismo Poncho, uno no puede decidir lo que el corazón debería o no debería sentir. El amor llega y ya, no lo puedes evitar, no es algo que planeas, solo pasa.

—Pero... Es Any, wey. Es una de las mejores amigas de Dul, la ex de Ucker y ella nunca me va a ver como algo más que el ex de Dul. De todas las mujeres del mundo, tenía que venir de bruto a enamorarme precisamente de ella.

—Pues no te voy a negar que está complicado, mi Poncho. Pero tampoco es para echarse a morir, no te compliques tanto, entre más luches contra lo que sientes, es peor.

—La extraño tanto, Chris — suspiró Poncho un tanto melancólico — Me hace mucha falta nuestra amistad, compartir tiempo, reír, ser nosotros. Ahora siento que todo se complicó y ya no sé si la tengo ni siquiera como amiga.

—¡Ahí está mi rey! No la pierdas como amiga, aprovecha su amistad. Eso te da el chance de conocerla mejor, de darte cuenta si la puedes querer con todos sus defectos, sus cualidades, sus días buenos y sus días malos y al final, incluso si nunca pasa nada más, te queda una gran amistad, Poncho. Nada más, no la eches a perder por ahogarte en tus propios pensamientos.

Poncho escuchaba a Chris en silencio, su amigo tenía razón. Se estaba ahogando en un vaso de agua, podía ser amigo de Any, como lo había sido todo este tiempo, y no dejarse llevar por el miedo y la ansiedad que le provocaba darse cuenta de sus sentimientos. Siendo amigos, al menos la tenía cerca, era mejor eso que nada. Ya después vería que les deparaba el futuro, por ahora quería aprovechar lo que el presente le tenía, incluso si era solo una amistad.

—No te atrevas a volver a decir que no eres mi primera opción, Chris — dijo Poncho sonriendo.

                                                                ***

 Poncho se había sentido más tranquilo después de la conversación que había tenido con Chris hacía unos días. Estaba a punto de montarse en su auto, cuando vio a Any que venía distraída buscando algo en su bolso. Él decidió que era momento de intentar arreglar las cosas, la esperó mientras ella se acercaba y vio que ella no se dió cuenta hasta que chocó con él.

—Ay, perdón. No me fijé por dónde... — ni siquiera pudo terminar la frase.

—No te preocupes, wera. Si esta es la única forma de verte, podemos seguir chocando sin problema — le contestó él mientras sonreía. De pronto, al estar frente a ella, se sentía relajado, sabía que estaba enamorado de ella, pero también era su amiga y era a su amiga a la que quería recuperar. Any le sonrió de vuelta y el vio que era una sonrisa sincera, de alivio.

—Poncho, yo... Yo te debo una disculpa, el otro día me fui así, sin explicarte nada. Solo quiero que sepas que lo siento y que en algún momento te voy a explicar todo, pero hoy no es ese momento. ¿Crees que me puedes dar tiempo hasta que por fin pueda explicarte todo?

—No me tienes que explicar nada, Any. Yo todo lo que quiero es que estemos bien. Hace unos meses perdí a Dul y no quiero perderte a ti también — dijo él sin poder evitar sentir tristeza.

—No me has perdido wero, ni me vas a perder. ¿O acaso crees que es tan fácil librarse de mí? — y al escuchar esto, no pudo evitar sonreir abiertamente. Ahí estaba su wera, esa que tanto le importaba, su compañera de novela y de banda, en ese momento, eso le bastaba. Ella también sonrió, pero esta vez, mucho más feliz — Y estoy segura de que tampoco has perdido a Dul, solo tienes que darle tiempo.

—Lo sé... Pero entonces, ¿estamos bien? ¿Tu estás bien? — le preguntó mientras la miraba a los ojos y se perdía en esa profundida azul.

—Sí, Ponchito, estoy bien. A veces un poquito loca, pero estoy bien — dijo ella sonriendo — Y nosotros estamos bien también, los mismos amigos de siempre.

Poncho sonrió ampliamente y la abrazó sin poder evitarlo. Ella le respondió y lo abrazó de vuelta mientras él sentía que, de nuevo, su corazón estaba completo.

—Gracias wera, de verdad. Te extrañaba muchísimo.

—No seas dramático wero, fueron solo un par de días.

—Pues eso ya es mucho. Más te vale que volviste a aparecer, Mía y Miguel no pueden perder su magia — le dijo mientras la abrazaba y caminaban juntos hacia el estacionamiento, riendo y bromeando como si nunca lo hubieran dejado de hacer.

Amarte duele (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora