Parte 9 - Amistad ante todo

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Any se estaba preparando para su salida de esa noche. Mientras se miraba al espejo, veía en su rostro el reflejo del miedo que se dibujaba en sus ojos. Se sentía confundida y un poco frustrada, ¿por qué había invitado a Poncho a salir? Ella de verdad quería ser una buena amiga, quería dejar sus sentimientos de lado, pero ahora que lo pensaba mejor, no estaba segura de haber tomado la decisión correcta. No se sentía preparada para estar sola con él, ¿qué pasaba si se equovocaba? ¿Si él se daba cuenta de todo lo que ella sentía por él? ¿Y si Dul se enteraba de que habían salido? Bueno, no tenía nada de malo, ellos también eran amigos y era obvio que Any se preocupara por Poncho tanto como se preocupaba por ella. 

—Ay Anahí — dijo para sí misma mientras hundía la cara en sus manos — ¿en qué enredo te metiste? ¿Por qué te complicas la vida así? 

Recordó su vida hace unos meses atrás, cuando todo era más simple, más fácil. Cuando su relación de amistad con Poncho fluía de manera tan natural y la química que tenían juntos los hacía llevarse tan bien. ¿En qué momento eso había cambiado para convertirse en algo tan complicado? «O quizás, tú lo estás haciendo complicado» pensó. Era cierto, podía seguir frustrada por todo lo que sentía, todos sus miedos, o podía cambiar de actitud y tratar de disfrutar una noche con su amigo, ese que la necesitaba en este momento, que necesitaba a su amiga. Suspiró y se apuró para terminar de prepararse, en cualquier momento él llegaría por ella. Había insistido en que fueran en un solo auto y ofreció pasar a recogerla a su casa, ella había aceptado sin mucho esfuerzo, aunque ahora se arrepentía un poco, era más tiempo a solas con él. Su celular vibró y vio el mensaje que había llegado.

Poncho: 

¿Lista señorita? Te espero afuera.

Any miró una vez más en el espejo y suspiró, iba a hacer el mayor esfuerzo de su vida e iba a intentar ser la misma de antes. Estaba decidida a disfrutar y a dejar de lado todo lo que la había querido vencer durante todo ese tiempo. Sus sentimientos no le iban a ganar y los iba a mantener a ralla. Agarró las llaves de su casa y salió. Ahí estaba el carro de Poncho y lo podía ver a través de la ventana. Llevaba puesta una camisa blanca y una jacket de cuero negra, su pelo alboratado se movía con el viento, estaba distraído viendo hacia al lado contrario, hasta que volteó hacia donde estaba ella y el rostro se le iluminó con una sonrisa. Era tremendamente guapo. 

—¿Qué pachó wera? — dijo mientras se bajaba del auto y la saludaba con un fuerte abrazo. Su olor la envolvió por completo y ella solo cerró los ojos para tomar valor. Iba a ser una noche difícil — ¿Nos vamos? — abrió la puerta para que ella se subiera y una vez que él hizo lo mismo, arrancó y echaron a andar. 

A pesar de los nervios que Any sentía al principio, se pudo relajar poco a poco y disfrutó el viaje. De hecho, fue como en los viejos tiempos, hicieron bromas, se contaron muchas cosas pues ambos sentían que llevaban mucho tiempo sin hablar, se desahogaron del cansancio que sentían grabando la novela y dando conciertos con el grupo, rieron contando anéctodas graciosas de varias escenas que no salieron bien en las primeras tomas y por fin llegaron al restaurante al que habían decidido ir. Era uno de los preferidos de Any, tenía buena música, una comida deliciosa y en especial, una vista espectacular. Subieron hasta la parte más alta y escogieron una mesa en el balcón. 

—Tenías razón Any, la vista es maravillosa — y ella vio con satisfacción como su mirada sorprendida observaba todo desde ahí. 

—Ah ya ves, siempre hago las mejores recomendaciones — dijo ella sonriendo. Se sentaron y llegó al mesero a atenderlos, pidieron lo que iban a comer y a beber y en poco tiempo ya les habían traído lo que habían encargado. Comieron entre risas y bromas y al final hubo un momento de silencio. Era momento de hablar. 

—¿Cómo has estado wero? — le preguntó ella y notó cómo se puso un poco serio. 

— Yo muy bien, ¿por qué la pregunta? — respondió en son de broma, pero él sabía que ella preguntaba en serio y suspiró — No lo sé wera — respondió él con una sonrisa triste — Dul y yo estuvimos juntos mucho tiempo ¿sabes? Entonces todo esto es nuevo para mí, es como aprender a vivir una nueva vida a la que no estaba acostumbrado. Pero creo que en general, he estado bien. Al menos eso intento. 

—Es normal Poncho, es una ruptura. Terminar una relación nunca es fácil, sin importar que tipo de relación sea. Y pues claro, entre más tiempo compartes con una persona, más difícil es acostumbrarse a estar sin ella, es como descubrir un mundo nuevo. 

—Lo dices por experiencia propia — dijo con una sonrisa maliciosa. Ella sabía que la estaba molestando. 

—Con Ucker fue diferente y lo sabes. Él y yo no estuvimos tanto tiempo juntos, aunque igual nos tuvimos que ajustar al cambio después de terminar — y recordó esa etapa de su vida con nostalgia, como si fuera una etapa lejana, de otra vida. Esto sólo duró un instante y siguió hablando — Creo que la parte más difícil es terminar y no tener tu espacio, no tener ese tiempo de duelo porque trabajas con esa persona. Y pues en nuestro caso, somos además compañeros de banda. 

—Sí, siento que esa parte ha sido la más dura. A veces veo a Dul y quiero hablarle, saber cómo está, pero también sé que ella necesita su espacio y necesita tiempo. Eso me lo dejó claro y pues yo quiero respetar su decisión.

—Lo dices como si tu no lo necesitaras — dijo Any un tanto curiosa. 

Poncho se quedó pensativo unos instantes y después respondió — No es como que no lo necesite, es solo que, no sé, siento que de algún modo ella ha sufrido más. Dul es una persona demasiado sensible y tierna, no quiero que sufra. 

—Ah claro, es cierto — agregó Any recordando lo que Dul les había dicho a ella y Mai.

—¿Qué es cierto? 

—No nada — respondió ella, pero vio como él se quedó viéndola esperando que respondiera su pregunta. 

—Anahí. 

—Ay Alfonso — dijo ella volviendo los ojos — Nada, bueno, Dul nos dijo ¿sabes? Nos dijo que hay alguien más. 

Amarte duele (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora