Parte 49 - Siempre tú

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—Discúlpame — dijo Poncho apartándose de Any, pero ella le indicó que contestara con la cabeza — ¿Bueno? — Any vio que Poncho suspiraba y se tomaba el puente de la nariz con los dedos — ¿Y tiene que ser ahora? Está bien, Claudia, te veo al rato — claro, tenía que ser ella.

—Espero no haberte ocasionado ningún problema.

—No, wera, no te apures. Haberte encontrado fue lo mejor que me pudo pasar esta noche. De verdad no tenía ganas de salir, cada vez la noche se ponía peor, pero algo me impulsaba a ir, algo me impulsó a llegar ahí hoy.

—¿Tu novia? — dijo Any intentando sonar despreocupada.

—Tú. Parece que tenemos algún tipo de conexión, solo eso explica que hoy estuvierámos en el mismo lugar al mismo tiempo.

—Pues me alivia saber que gracias a esa conexión, me libré de algo que pudo haber sido una pesadilla. Gracias de nuevo, Poncho — él se acercó y le besó la frente, era hora de irse.

—Solo prómete algo, Any. La próxima seré tu primera opción, prómete que me vas a llamar — ella sonrió ante esta petición.

—Lo prometo.

Poncho se fue más tranquilo sabiendo que Any estaba sana y salva con su familia, la verdad era que había sido una buena idea que no estuviera sola en su departamento. Además, tenía mucho mejor semblante, parecía más tranquila, más ella. Al llegar a casa de Claudia, dio un suspiro y subió. Ella abrió la puerta sin siquiera mirarlo.

—Hola — la saludó.

—Hasta que por fin te dignas a aparecer. Ni siquiera una llamada, Alfonso. ¿Sabes lo humillada que me sentí cuando te fuiste así? Me dejaste sola — Claudia estaba histérica.

—Claudia, ¿por qué no te calmas?

—¡Ja! ¿Calmarme? Cuando te fuiste con tu amiguita así como si nada.

—¿Qué acaso no viste como estaba?

—¿Y cómo sabes que no estaba con ese hombre? ¿Cómo sabes que no estaban en una cita?

—No sabes lo que estás diciendo.

—Lo único que sé es que tal vez se buscó lo que le pasó ¿no? ¿Qué hacía ahí, sola?

—¿Cómo puedes decir tantas estupideces? — Poncho notó por la cara de ella que se había alterado, así que respiró para intentar calmarse — No pensé que quisieras que viniera para esto, Claudia. De verdad, no tengo ganas de discutir.

—No, no solo para eso. Quería decirte, es más, exigirte que le pongas un fin a este asunto. Es ella o yo, Alfonso. Estoy harta de estar siempre en segundo plano para ti, quiero que te alejes de ella.

—¿Qué?

—Que tienes que elegir — Poncho no podía dar crédito a lo que escuchaba, pero quizás era su oportunidad para por fin terminar con esa farza de relación en la que ninguno de los dos era feliz.

—Ok, perfecto. Entonces aquí lo dejamos. Gracias por todo y espero que seas muy feliz — Claudia lo miró con los ojos desorbitados, sentía que la estaba humillando aún más, así que antes de que él pudiera salir, gritó.

—¡No puedo creer que la escojas a ella antes que a mí!

—Pues entonces no me hubieras puesto a escoger porque sí, Claudia, la voy a escoger a ella, siempre va a ser ella — y con esto último, Poncho salió sintiendo que se quitaba un enorme de encima, por fin. Además, era cierto, siempre iba a ser Any, ya no valía la pena seguirlo negando.

Amarte duele (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora