Cuando un Dios nace, un propósito se le asigna. Son parte de sus genes, algún Dios del más allá le ha dado un don especifico al momento de nacer y su deber es hacerse cargo de esos poderes magníficos. Sigyn como la Diosa de la lealtad y Loki como el...
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Recordatorio: La historia y los hechos no serán 100% fieles y en orden cronológico.
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« Sigyn »
Dos semanas después de la boda, Odín decidió que era hora de coronar a Thor como rey de Asgard. Los encargados de los preparativos estaban de nuevo en apuros para mantener listo y en orden el trono. Todos en Asgard estaban hablando de Thor, era el tema del momento y eso no le estaba gustando a Loki. Eso lo podía notar muy bien, pude observar sus celos cuando padre de todo priorizaba al rubio hasta en sus charlas. Sin embargo, Thor es un ser muy bueno. Quizás algo presumido y arrogante en su personalidad, pero no había maldad en él. Mi buen corazón lo sabía, pero al quien me preocupaba es Loki. No estaba sintiendo buenas intenciones en él.
Me acerqué a mi esposo, quien ya tenía su fino traje y su armadura de cuernos en la cabeza.
A pesar de todo, estoy tratando de aprender a vivir con él. No tenemos opción y él lo sabe. Solo ruego que entre nosotros haya una fina armonía.
—Loki —dije mientras caminaba hacia su dirección, él me miró con el semblante serio— ¿Ya hablaste con tu hermano? —él asintió en silencio— Bien, es un buen paso —sonreí aliviada.
Como decía, Loki había estado un poco serio por todo esto de la coronación. Por lo que me contó la reina; esto es difícil para él.
—Sé que peleo con él muy a menudo pero quiero a Thor más que a nadie, y se lo dije —habló— Luego de convertir el vino en serpientes, claro —sonrió por su broma y yo rodé los ojos— El asistente se asustó pero todo salió bien. Así que basta de preocupaciones —volvió con su vista hacia al frente.
—Está en tu ser, dios de las travesuras —sonreí ya más calmada— Y deberías de dejar de leer mi mente. No es muy respetuoso.
Loki ríe un poco por lo que dije, pero sé que no lo dejará de hacer.
—¿Aprendiste eso nuevo que te enseñé? —me miró y arqueó una ceja al cambiar de tema.
—Cómo olvidarlo —con mi mano hice aparecer una manzana roja sobre mi mano. Aún eran cosas básicas pero algo es algo y estaba orgullosa— Gracias por enseñarme, Loki —un pequeño destello blanco sale al desaparecerla.
—Créeme, no quiero a una esposa débil como los humanos y básica en los combates —dice con una sonrisa burlona— Es lo mínimo que puedo hacer para los seres indefensos como tú.
—Eres un idiota —giré mis ojos al oírlo— Por cierto, Frigga te quiere cerca de ella en la ceremonia. Y yo estaré a tu lado, quieras o no, es la orden.
—¿Acaso tengo opción? —dijo con ironía.
—Eso quisieras. Nos vemos en un rato —me marché para poder colocarme mi vestido para esta tarde.
