Cuando un Dios nace, un propósito se le asigna. Son parte de sus genes, algún Dios del más allá le ha dado un don especifico al momento de nacer y su deber es hacerse cargo de esos poderes magníficos. Sigyn como la Diosa de la lealtad y Loki como el...
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« Loki »
Fruncí mi entrecejo ante la confesión revelada por Sif, podía presenciar cómo se creó un silencio bastante prometedor a nuestro alrededor. Ahora todas las miradas estaban encima de mí y es que sus rostros mostraban un impacto increíble. La guerrera solo me miraba con odio acumulado, quizás resintiendo de nuevos mis actos luego de un tiempo de que las cosas sucedieron entre ambos.
—Éramos más jóvenes —aclaré, pero ella suspiró con estrés— Cometí errores.
—¡Eso no perdona tus hechos, Loki! —se acercó peligrosamente a mí— Nunca te arrepientes de lo que haces, siempre creas caos y no te importa tu alrededor. ¡¿Qué no entiendes que ya nadie soporta tus malditos juegos?!
Yo apreté mi mandíbula cuando ella acercó su filosa espada a mi cuello.
—Tú no lo lamentas. Eres un ser despreciable, y estarás solo el resto de tu vida —masculló.
—Escuchen —habló Thor, acercándose a nosotros— Lamento mucho tu sufrimiento Sif, en verdad. Yo no sabía lo que sentías por mí, o lo que te ocasionó mi hermano —ella lo miró con seriedad— Pero no creo que sea el momento de discutirlo ahora, Vidar ha aprovechado para escapar.
Sif aleja su espada para mirar alrededor suyo.
—¿Por qué nadie lo detuvo? —alzó la voz con molestia.
—Creo que tus confesiones nos dejó muy intrigados como para vigilar al dios de la venganza —habló Fandral, pero ella le miró amenazante ante su comentario.
—¡Andando! Hay que ir tras él —ordenó Thor, los demás avanzaron menos Sigyn y yo— Vamos, hermano, hay que proteger a padre juntos.
—Tu padre —lo corregí de inmediato, el de cabellos rubios suspiró agotado— No pienso salvarle la vida a Odín luego de todo lo que ha hecho. Y no solo hablo de mí, hablo en general. Es un maldito farsante.
—¡Piensa con claridad, hermano! —me sostuvo de los hombros para que entre en razón— Deja a un lado tu odio y hazlo al menos por Asgard. ¡Sé que padre ha cometido muchos errores pero...!
—¡Hazlo tú si tanto te importa! —grité furioso, él quedó callado cuando le interrumpí— No pienso hacerlo, de ninguna forma. Mejor encárgate tú, siempre has sido el favorito. Merece ser salvado, por ti —lo empujé para que me soltara.
Thor me miró con su frente fruncida mientras se alejaba de mí, parecía no reconocerme pero la verdad es que no estaba bromeando. Mi relación con Odín ha ido navegando en un hilo desde hace tiempo, aquel ser que solía pensar de él fue arrebatado al darme cuenta de muchas cosas. Siempre quise ser tratado como mi hermano, busqué su cariño, a pesar de su indiferencia hacia mí, apreciaba a padre de todo de niño, pero todo eso se fue desvaneciendo al tener en cuenta que jamás iba a comprenderme. Cuando el dios del trueno se fue, yo giré para ver a Sigyn detrás de mí. Ella me miraba con una expresión neutra, demostrando nada.