Cuando un Dios nace, un propósito se le asigna. Son parte de sus genes, algún Dios del más allá le ha dado un don especifico al momento de nacer y su deber es hacerse cargo de esos poderes magníficos. Sigyn como la Diosa de la lealtad y Loki como el...
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« Sigyn »
Parece que Asgard nunca está en paz.
Siempre hay problema tras problema, o de eso me he dado cuenta desde que vivo en este reino.
Mientras corría hacia el palacio, logré visualizar a alguien nuevo, y era Jane. Ella estaba aquí en nuestro mundo junto a Thor y Frigga. Al verlos juntos me relajó profundamente. Me pregunto, ¿Qué habrá sucedido?
—Hay un problema grave —llegué con ellos.
—¿Quién te provocó esta herida? —miró mi brazo que tenía un corte que goteaba sangre, pero no era tan serio.
—Los elfos oscuros, están aquí —lo miré preocupada.
—Lo imaginé —frunció su rostro pero luego recordó— Sigyn, quiero volverte a presentar a Jane.
—Oh, hola, de nuevo es un gusto —iba a darle la mano cuando Thor me aparta de un manotazo— Auh, ¿qué fue eso? —lo miré a él.
—No puedes tocarla, su cuerpo ha absorbido el poder del Aether, lo cual es en realidad la Piedra de la Realidad. Si la tocas, podría matarte —me advirtió y yo asentí confundida por tal información. Pronto, escuchamos otro fuerte ruido— Las prisiones —miró hacia allá.
—Ve, yo la protegeré —avisó Frigga a Thor y éste corrió de inmediato— ¿Lograste liberar a Loki, querida? —se dirigió a mí.
—No, iba a hacerlo cuando me atacaron por sorpresa. Tuve que venir de inmediato a acá para avisarles pero por lo que vi creo que ya se habían enterado —respondí, las tres nos apuramos en avanzar.
En uno de los pasillos, vimos a Odín con su tropa.
—Odín —habló la reina.
—Frigga —el rey la miró— ¡Vayan! —les ordenó a sus guardias— Es una revuelta, nada que temer —la volvió a mirar a sus ojos.
—Nunca fuiste bueno mintiendo —ella lo miró con una ceja alzada. En ese momento, pasan otros guardias junto a Lady Sif y se sorprende un poco al ver a Jane aquí.
—Llévala a tu habitación —habló Odín, refiriéndose a Jane— Iré a buscarlas cuando todo esté bien.
—Cuídate —Frigga miró atenta a padre de todo.
—A pesar de todo lo que sobreviví, mi reina aún se preocupa por mí —puso su mano en su mejilla para luego apartarse.
—Tú solo has sobrevivido porque me preocupo por ti —le recuerda a Odín mientras lo veía marchar. La reina nos hace avanzar hacia su alcoba— Escúchame Jane —tomó una espada de uno de los guardias— Necesito que hagas todo lo que te diga, sin preguntas.
—Sí, yo obedezco —ella respondió con la mirada firme hacia adelante.
—Y tú Sigyn, tienes que estar muy atenta. Recuerda que estás esperando a tu bebé, sé que eres muy buena guerrera pero temo igual por ti —me miró y yo asentí a su orden.
