Cuando un Dios nace, un propósito se le asigna. Son parte de sus genes, algún Dios del más allá le ha dado un don especifico al momento de nacer y su deber es hacerse cargo de esos poderes magníficos. Sigyn como la Diosa de la lealtad y Loki como el...
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« Sigyn »
No podía juzgarla.
Me refiero a Éride.
El hecho de que cometió crímenes junto a Loki y que él ha haya sido perdonado y ella no, de cierta forma se me hacía injusto. No conocía del todo a la diosa del conflicto, quizás tuvo sus motivos de duelo como él. No se justifica, pero es verdad que nadie nace como un villano. Tal vez su gran amor por Loki la hizo acceder a sus travesuras. Fue su gran amigo de la infancia, es probable que hizo todo aquello por él. Y como mi don también es la compasión, yo compadezco sus actitudes. Así que, la perdoné.
Me agradeció con un abrazo que correspondí con incomodidad, aún no estaba segura. Luego, ella lo abrazó a él. Loki no tuvo nada que perdonarle, ellos de cierta forma se entendían y sabían sus razones. Camino a Asgard, él y yo tuvimos un momento de silencio. Momento que fue arrebatado cuando vimos a Thor comiendo un gran banquete en el salón principal.
—¡Hey! —saludó con alegría al vernos, con la boca llena de comida— Ya estoy aquí —tragó— Todo ha salido bien en Midgard, finalmente los humanos y Jane están a salvo.
—Es una grandiosa noticia —le sonreí con honestidad— Qué bien que tú también estés a salvo.
—No fue sencillo, pero se logró —bebió de su tarro de cerveza— ¿Y cómo estás tú? —me miró, alzando una ceja en dirección hacia su hermano. Él obviamente lo notó.
—Estoy bien, como podrás ver. Oh, y él ya lo sabe —avisé debido a su duda, el rubio sonrió más aliviado.
—Eso es bueno porque casi se me sale decirle —ahora miró hacia a Loki— Felicidades, al parecer mi hermano menor será padre, me siento nostálgico. Tengo que decirlo... esperemos que la actitudes de su hijo salgan más a Sigyn.
—Ambos sabemos que la tranquilidad no está en mi ser, hermano —habló él.
—Es bueno oírlo —dijo con sarcasmo— Lo último que quiero es ver a tu descendiente apuñalando como tú —arrugó su frente, pensando en esa posibilidad.
—No hablemos de apuñalados, por favor —los miré a ambos— Ahora, ven conmigo Loki —me dirigí a él— Necesitamos hablar.
—Uh, esperemos que sea realmente para una charla —bromeó el de cabellos largos y rubios. Yo le miré sonrojada, y éste se ríe muy alto por mi reacción.
Loki y yo llegamos a la biblioteca, ahí podríamos tener mejor privacidad, de cierto modo, es nuestro lugar. Necesitaba preguntarle un par de cosas, ya que mi tranquilidad dependía de sus actos. Además tenía muchas dudas sobre Éride, yo quería confiar en ella, pero sigue siendo muy difícil para mí. Así que necesitaba todo los detalles sobre estos dioses con dones conflictivos.
