13. Condenado a una celda

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« Sigyn »

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Odín estaba en un silencio sentado en su trono, esperándolo. Frigga de pie a un lado con sus propias manos entrelazadas. Y yo al lado de la reina, sintiéndome igual que ella. Nerviosa.

Los guardias se hicieron presentes, teniendo al frente a Loki quien estaba sujetado. Venía hacia nosotros con pasos duros y resonantes, con las manos atadas a fuertes cadenas que rodeaban su cuello. No era para nada fácil verlo de esa forma, siendo prisionero con varios guardias sosteniéndolo de la cadena que rodeaba su cintura. Estaba siendo como un peligroso animal capturado. Sus ojos miraban solo a padre de todo. El dios del engaño estaba serio, sin ningún sentimiento reflejado en su rostro. 

—Loki —habló Frigga, viendo con tristeza a su hijo de esa forma. 

—Hola, madre —la miró— ¿Orgullosa de mí?

—Basta —dice con lentitud mientras negaba con su cabeza—, no empeores las cosas.

—Define "empeorar" —le responde.

—Basta —exigió Odín alzando su voz, Loki lo mira y éste mismo se ríe para burlarse de la situación, aunque sin mucha gracia.

—Aún no entiendo por qué tanto alboroto. 

—¿De verdad no comprendes la gravedad de tus crímenes? Adonde sea que vayas, hay guerra, ruina y muerte.

—Viajé a Midgard como un dios benevolente a gobernar a su gente... igual que tú —atacó.

—Y todo porque Loki desea un trono —dice Odín hasta de forma de burla, eso no le agradó oír a Loki, pues su rostro se desfigura en odio.

—Es mi derecho natural —responde firme.

—¡Tu derecho natural era morir congelado de pequeño! —le gritó con enfado— Desterrado en una roca fría a solas —se inclina para recordarle— De no haberte recogido, no estarías aquí odiándome. 

Yo apreté mis labios al oír sus duras palabras hacia Loki. Quizás era cierto, pero eran crueles esas palabras elegidas por padre de todo. Al inicio, Loki hizo todo eso por ambos, para desmotarle que era capaz de todo a pesar de no ser su hijo, solo que su indiferencia hacia él le hizo agarrar odio.

—Si me voy a morir por piedad, solo hazlo —se acerca Loki al rey pero los guardias lo sostienen fuerte— ¿Te parece? No es que deteste nuestras charlas, es que... las detesto —termina por admitir.

—Frigga es la única razón por la cual sigues con vida y no volverás a verla. Pasarás el resto de tus días en el calabozo —ordenó y eso indignó al dios del engaño. Sus ojos lucían con un dolor infinito— Lo mismo con tu esposa Sigyn, no eres digno de un matrimonio. Dejarás de verla. Mejor dicho, no volverás a ver a absolutamente a nadie, estarás solo hasta tu muerte.  

Loki & SigynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora