Siento como mi cuerpo se controla por sí mismo, deseo a Henzo, y por como me mira él desea lo mismo que yo, con ellos siempre es así, hay un sentimiento que crece cada que los veo, son como un imán y hay una conexión muy extraña.
Cuando vi a Henzo gravemenente herido,sentía como el aire me faltaba, suena tonto, pero en el poco tiempo que he estado con ellos siento es cada uno nos pertenecemos, y solo la idea de perderlos me quema, pero hay un limite.
No puedo depender emocionalmente de ellos ni viceversa, sería dañino para todos.
Henzo está acostado sin camisa y un chándal color gris que marca mucho su entrepierna, tiene una gran gasa en su abdomen.
—¿Quieres esto?
—Rojita, quiero todo de ti.—y sin esperarlo me hala robándome un beso, no es un beso muy dulce, es agresivo y dominante, pero en cuanto dejó de dominarlo él lo hace, tratando de no ser muy brusco y lastimarse.
Intento que no se altere tanto por su herida, no quisiera que acabara en que se abra alguna de sus heridas.Me separo de él, observando sus labios un poco hinchados, y puedo deducir que los mios también lo están.
Me acomodo en su regazo posicionándose directamente en su miembro el cual se acuna perfectamente en mi entrada, haberme puesto una falda fue una buena idea, empiezo a moverme lentamente sobre él, Henzo dirige sus manos hacia mis senos masajeandolos, y aquel tacto hace que mis pezones se endurezcan.
Baja los tirantes de la blusa, dejando al descubierto mis pechos y ocasionando una sensación extraña, por el frío que da y mi cuerpo aumentando la temperatura, tratando de acoplarse a su roce, por la posición en la que nos encontramos mis pechos quedan justo en su cara, y sin esperarlo dirige su boca a uno de ellos, mordiendo y chupando suavemente el pezón.
Creí que yo tendría el control de esta situación con él herido, pero su forma es igual que la de Hades o Hache, me hacen creer que tengo el control pero los papeles al poco tiempo se invierten, y me gusta, pero me encanta mas tenerlo yo.
Sin que previo aviso me quito de su regazo, dejándolo desconcertado por un breve momento, observo mi pecho que está rojo por los chupetones que ha dejado, lo miro a él, y está con sus mejillas rojas, Henzo Galiano, está rojo.
Continuó recorriendo su cuerpo, escucho una exhalación muy pesada por parte de él, está fastidiado, pero no lo diría, se que no debería hacerlo esperar, pero observo como su miembro empieza a sobresalir más de lo normal, y parece mucho más grande que la de todos.
Polla chica, maldito Helio mentiroso.
Su abdomen parece el lugar perfecto para lavar ropa, y logró apreciar el mismo tatuaje que tienen sus hermanos, pero solo logro ver que es una letra G y con más palabras que no logro descifrar.
—Rojita ¿Qué tanto piensas?— se coloca enfrente de mí, sentándose de nuevo en la cama lentamente,
—¿Te han esposado alguna vez?— trato de sonar segura,no porque no sepa lo que hago, sino por quedar como una tonta por hacer esa pregunta.
—Mmm...bueno, yo lo he hecho pero nunca me lo han hecho—aclara—¿Quieres hacerlo?—asiento.
Le pido que se vuelva a recostar de nuevo en la cama, como habíamos estado, decido quitarme el vestido por completo ante su mirada,me quedo solo con la tanga color roja, bajo su atención hacia mí me dirijo a la puerta para ponerle seguro, se que no hay nadie en casa, pero por cualquier cosa lo hará.
Me dirijo hacia el armario que se encuentra frente a la cama, y encuentro el par de esposas forradas con cuero, las alzó mostrándose y solo escucho su risa. No muestra nerviosismo, y eso me gusta, pero me hace dudar que sea su primera vez haciéndolo, se las colocó, quedando con sus manos atadas a cada extremo de la cama.

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El Ángel De La Muerte
Romance"Siempre habrá ángeles en tu infierno y tentaciones en tu paraíso" LIBRO "ANGELES CAIDOS"( +21). Alejandra Cali es una de las mejores abogadas que tiene la ADE (Abogados De Elite), trata de ser la mejor en su trabajo gracias a sacrificios y esfue...