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Cali

Miro a todos los hermanos, ninguno se mueve, el único movimiento que logro sentir es como Henzo entrelaza su mano con la mía, y a mi izquierda Helio hace lo mismo pero su agarre es más fuerte, como si temiera de lo que estaría apunto de pasar.

—¿Cómo llegaste,Halek?—pregunta bruscamente Hades.

—No-no se—titubea, ni siquiera alza la vista, juega con sus manos.—Solo recuerdo que me tiraron frente a la casa y corrí para pedir auxilio, no sabía que era casa de mamá.—aclara.

El aire en la habitación es demasiado pesado, no es el mejor encuentro familiar que he visto, pero todo es tan...raro.

Imaginen que tu hermano desaparecido, al que todos creían muerto, regresa solo un día, pero eso no es todo, sino que luzca como haber estado en un campo de batalla. El hombre que conocí aquella noche, no es nada con el hombre que está frente a mí; sigue siendo alto como recuerdo, no hay traje sofisticado ni elegante en él, en cambio tiene una camisa con huecos, sucia y sus pantalones ni siquiera son de su talla, y ni hablar de sus zapatos que carece de ellos.

De lo poco que me permite ver la poca visión que tengo, gracias a los grandes cuerpos de Hache y Hades que cubren mi campo de visión, Halek está lastimado, y muchas de esas heridas parecen ser recientes, otras han cicatrizado, pero la más llamativa es una que atraviesa de cierta forma parte de su ceja derecha y otra en su mejilla en la misma zona pero esa parece reciente por lo rojo de la zona, pero no es eso lo que llama mi atención.

Su forma de sentarse no es lo habitual, parece que ni siquiera puede sentarse, sus muñecas tienen marcas rojas, en su brazo descubierto de tatuajes se aprecian marcas de una mano pero están convirtiéndose en moretones.

Él ni siquiera me conoce, y estoy juzgando su apariencia, quisiera ir con él y no alejarme.

No entiendo ni siquiera ese impulso de correr hacia él, no me conoce, y tampoco creo que me recuerde, pero yo si recuerdo el hecho que me defiende del padre de mis hijos por tirarle aquella bebida.

Todo en él luce apagado.

Absorta en mis pensamientos, no me percato que Hades me está hablando, o más bien, casi todos.

—Disculpa ¿qué me preguntaste?

—Dije que deberías de ver a los niños, mi mamá te acompañará.—veo a Bella que sonríe débilmente y asiento.

Antes de alejarme de Henzo y Helio que seguían sujetando mis manos, los observo y como si supieran que iba a preguntarles asienten despacio y sueltan mis manos.

Llegando a las escaleras con Bella en completo silencio, siento que alguien toma levemente mi brazo deteniendo para ver quien era, me encuentro con el pecho de Helio y trato de verlos á los ojos, pero la diferencia de altura es un poco notoria.

—¿Qué pasa,amor?

—Quería...

—¿Querías...?—lo aliento a que siga pero pasa su mano por su nuca como si no encontrara las palabras para decir algo.

—Más bien, quiero...quiero pedirte si puedes dormir conmigo, ya sabes, después de aclarar las cosas.

—Si, me encantaría.—le digo sonriendo.

—En cuanto acabemos, te buscaré.

Asiento y sigo mi camino con Bella esperándome en la escaleras, la casa tiene un estilo clásico, tiene adornos muy vistosos pero a la vez es demasiado sencilla de una forma extraña, por fuera parece una casa chica pero por dentro es una mansión completa, pasamos varias puertas hasta que decido hablar.

El Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora