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Helio

—Colócala sobre la cama.—me ordena Hades, y sin tardar mas acomodo a nuestra dulce Cali, ella solo responde con un tono ahogado por cómo decido alzarla, mientras la tengo colgada muerde ligeramente mi cuello, mi verga responde ante aquello.

Ese punto entre mi pecho y mi cuello, me vuelve loco, y más si es ella la que lo hace.

—Hermanito, sabes como la quiero.—vuelve a decirme Hades, miro a Henzo esperando por una respuesta pero este solo baja la mirada, decido ver a los otros dos y estos por como se tensaron están sorprendidos como yo.

Sigo con Ale entre mis brazos y siento su respiración un poco pesada, pero al poco tiempo de conocerla está intrigada por lo dicho, pero para lo que la quiere Hades aun no es tiempo.

—No, no haremos eso, la puedes lastimar y tú sabes que para eso necesita confiar plenamente en nosotros.—contestó pero antes que Hades diga algo Cali lo hace.

—Confío plenamente en ustedes.—y para acabar se acomoda afianzando mi agarre a ella y sus senos quedan justamente en mi rostro, no sabe que sus palabras significan demasiado para nosotros y más para Henzo y Hades, no sabe ni siquiera que quiere hacer.—Solo expliquenme que haremos.

Y por más caliente que esté, aún dentro de aquella chica que parece una máquina sexual está una chiquilla inexperta.

—Si después de escuchar lo que dice Hades no quieres hacerlo,lo comprenderemos y haremos lo convencional, o simplemente lo dejamos.—le aviso, hago un ademán de acomodarla en la cama para que vea a Hades, pero se aferra a mí, y entiendo el mensaje.

—No me bajes, aun sigo caliente y quiero sentir aquella parte mágica,—la miro y solo sonríe, me inclino para darle un beso en la mejilla —...aparte tengo frío y tu cuerpo está caliente.

Todos ríen a excepción de mi hermano, el grandulón con complejo de macho alfa, tal vez como Wolverine pero sin peludo y un poco más lampiño, y no hablemos de que junto a Henzo, son como pinky y cerebro.

Mientras Cali y yo somos como Brandy y el señor bigotes o como Ellie y Carl en la película de Up pero sin que ella muera.

—¿Te gusta el sado?—le pregunta el idiota de Hades.

Ni siquiera sabe que es eso, pero lo que responde nos deja sin palabras.

—Pensé que no les iban esas cosas.—confiesa.—El otro día que me quede con eso fue lo que hicimos pero yo lo sometí a él.

Todos miramos a Henzo y este solo se encoge de hombros.

—¿Por qué no dijiste nada?— inquiere Simón.

—Un hombre no tiene memoria, hermanos—contesta Henzo.

—¿Cómo quieren que me ponga? Estoy puesta para todo.—comenta sarcástica pero seguimos sin hablar.

No nos molesta, o al menos a mi no, solo que creo que nunca notamos que no era una sumisa ni nada parecido, simplemente lo asumimos, debí de haberlo sabido desde el primer encuentro que tuve con ella y no se cohibió de montarme, y al solo recordar aquello se me pone dura.

—Has sido una chica muy mala—comenta Hades.

—¿Ah sí, papi?—comenta juguetona y se aleja de mí pero mientras lo hace pisa de una manera mi miembro haciendo que suelte un jadeo, se coloca en medio de la cama.—o mejor dicho ¿mis papis?—termina de decir y se lleva un dedo a la boca y empieza a succionar lentamente, sabiendo que pensamos que es.

Tú lo pensaste.

Nosotros lo pensamos.

Todos lo pensamos.

El Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora