El Ángel De La Muerte

42

Cali

Entro a la habitación de Halek como lo he hecho las últimas semanas, se que suena raro que lo haga de noche, pero hay algo que me atrae como un iman hacia él, a pesar de sus negativas hacia mi y la forma en la que me mira como odiándome por una razón desconocida, aquel instinto de ayudarlo y acercarme hace todo más intenso.

Quiero ayudarlo, entenderlo y amarlo como lo hago con sus hermanos, estos días han sido ciertamente tranquilos pero la paciencia de sus hermanos hacia él se está agotando, quieren respuestas, y creen que él habla conmigo cada vez que entro pero no es así, porque los únicos momentos de tranquilidad que tengo con Halek es a medianoche que están teniendo pesadillas y no puedo explicar lo que hace pero de una forma sabe que estoy a su lado en la cama y toma de mi mano.

Hache propuso la idea de utilizarme para que hablara de lo qué pasó, pero me negué ante aquello, estoy cerca de él porque así lo decidí, no porque me obliguen u otro motivo oculto.

No puedo ni siquiera imaginarme todo lo que vivió, tampoco se qué pasa por su mente para odiarme, quisiera poder quitarle aquel dolor,suena tan curso que hasta yo misma me sorprendo de mis pensamientos, pero con él no lo puedo evitar.

Recuerdo el día que lo conocí, aquella noche en el bar así como a sus hermanos, como desafió a Hades después de insultarme, recuerdo todo...aunque el no lo recuerde.

Noto que no se encuentra en su cama, los nervios me invaden de un momento a otro,su actitud en el día y en la noche eran muy distintas, no sabía cómo reaccionar a Halek despierto ¿sabra lo que hago?

—¿Porque tardas tanto?—su pregunta me sobresalto.

No le respondí, ya sabía que estaba en su habitación, no sabía que pasaría en el momento que cruzara las cortinas hacia el balcón,no sabría que hacer con él.

———————

Halek

No respondió, pero el sonido vacío que generaban sus pisadas me indicaba que se acercaba.No quería alejarla, pero tenía que hacerlo.

—No puedes entrar a mi habitación, no te he dado el derecho de hacerlo.

—No me lo puedes prohibir.—Llega a mi lado y la observo de reojo, solo lleva una camisa más grande que ella, llegándole hasta los muslos, se percata de que la observo y me reta.

—No porque estes con mis hermanos te da el derecho a hacerlo.

—No recuerdo que fueras tan idiota.—se voltea hacia mi.

—Y tú no eras tan fácil.—Al salir las palabras de mi boca me arrepiento enseguida, pero haré lo necesario para alejarla de mi, sin espéralo me abofetea.

—¡Como te atreves!—vocifera y rio secamente.

—Lo hago, no eres más que el juguete de ellos, quieres todo lo que ellos tienen...

—No sabes nada, no me conoces, no quiero nada de ellos ni de ti, solo quiero ayudarte.—Quisiera decirle que también quiero que lo haga pero nadie puede ayudarme.

—¿Quien te pidió que me ayudaras? Eres nada más el juguete de ellos, ni siquiera me agradas, me repugnas, ¿cómo son tan imbeciles para siquiera hacerte caso? No necesito tu caridad, no quiero nada de ti, tu rostro solo me amarga más, odio tu presencia—su rostro se contrae ante mis palabras, descargando un inmenso dolor en mi, pero no más que el que ella siente—Todo este juego que quieres conmigo no lo permitiré, conozco a las de tu tipo, solo quieren atención por qué mami no se las dio, eres una cualquiera, el día que te conocí te acostaste con Hades como una ramera...

—¡Basta! No sabes nada de mi.— Sus lágrimas caen sobre sus mejillas.

—Eres tan horrible, ¿crees que me creo el cuento de que esos niños son de Hades? No son nada de él, son unos ilusos por creerte, están tan cegados por tu coño..—Siento algo duro estrellarse en mi mejilla, haciendo que me desequilibre y me tropiece con el barandal.

—Vuelves a decir algo más y me olvidaré por lo que has pasado ¿entendiste?—Me dice Hades, y a lado de él están Helio y Henzo,ni siquiera escuché en qué momento entraron.—Ellos son mis hijos y ella es mi mujer,así que respétalos.

—No sabes ni siquiera de lo que hablas, no somos estupidos—Vocifera Henzo.

Helio acerca a Cali hacia él, al instante que ella siente su cuerpo no tarda en abrazarlo y unirse a él, llevándosela .

—Eres mi hermano pero eso no te da derecho a tratarla como lo que hiciste.—Dice Hades.

—¿Tan bien se la follan?

—Cállate—Henzo vuelve a golpearme y me rio secamente.

—Dime, le gustan tus fantasías retorcidas, ¿le gusta jugar con sus culos?

—Henzo , vete—Ordena Hades

—Hades pero..—Hades lo interrumpe levantando la mano para que calle y esté sin reprochar se larga como siempre.

—No se que viviste, pero no vengas solo a creer que eres el único con malditos problemas en esta cosas, ni siquiera se por que le mientes, TU fuiste el primero en buscarla,me ayudaste a llegar a ella, sea lo que te pase no la utilices como un saco de box para aguantar tus mierdas—y sin más se va.

Entrando a mi habitación, llegó hacia la mesa de noche a lado de mi cama y abro el primer cajon, encuentro la nota que llego hace cinco días y la leo de nuevo.

"No importa que escapes de nosotros, siempre te encontraremos, no huyas porque ya no serás tú el que lo pague ¿quieres que aquella mujer que tienen tus hermanos pase lo mismo? Eres muy inteligente así que sabrás que hacer, estas a nuestro disposición perra"

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BESOS DESDE EL CiELO:3