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Me desperté al sentir que alguien me miraba, a regañadientes abrí los ojos, pero los volví a cerrar por la luz del sol que entraba por la ventana, al volver abrirlos me encontré con el rostro de Simón muy cerca de mí, sonreí y me levanté para estar más cerca de Simón que sin haberlo pedido me beso.

Se acomodo, observe que llevaba aquel traje que muchas veces aparte la mirada, nunca podría acostumbrarme al saber que su traje se le pegaba a todo el cuero y no dejaba nada a la imaginación, y yo seguía desnuda solo cubierta por una sábana.

—Quería bañarme contigo—hago un puchero y él solo se ríe.

—Y trate de levantarte pero solo me pegaste—me pongo roja por la vergüenza y él solo se pega a mí.

—Lo lamento—dije y toque su pecho cubierto por una camisa roja vino, suspiré—¿tienes algo que hacer?—le pregunté, él arrugó la frente y negó.

—No, solo cosas con mis hermanos— le sonreí y me acerque gateando hacia él y lo abrace, sin perder tiempo Simón me beso.

—¿Nos bañamos juntos?

Se ríe—Ya lo hice.

—Pero parece que no te bañaste bien—enredo mi mano en su cabello.

—Quizás tienes razón—contesta y me toma en brazos.

Algo bueno de su cuarto era que cada habitación tenía su baño,y es muy temprano para que mis hijos estén despiertos son las 6 de la mañana,Simón me lleva a la ducha mojándose conmigo, solo reí y le empecé a quitar la ropa. Cuando ya estamos los dos desnudos una idea pasa por mi mente y él parece notarlo.

—¿Qué idea ronda tu cabeza?—murmura Simón apoyado en la pared desnudo ante mí, y recuerdo lo que me dijo la noche anterior—Están en el cajón de la derecha—menciona como si fuera lo más normal.

Me dirijo al lugar donde se encuentran los consoladores y me sorprende ver varios de un tamaño aceptable, tampoco era que esperaba uno inmenso pero decido tomar uno que parece huevito y un lubricante, realmente me daba un poco de miedo.

—Te sere sincera, me da un poco de miedo—confieso, y sin más salí corriendo del baño, tomando mi blusa, dejando a un desconcertado Simón desnudo, no se que estaba haciendo, no sé ni siquiera porque me había acostado él,bueno, si quería acostarme con él.

Creí haber estado lista para hacer eso con él, pero no pensaba con la cabeza, sino solo por placer quería hacerlo y quizás por ¿morbo?

Unos minutos después ya me encontraba en mi cuarto, frente al gran espejo que había en el baño, ni siquiera habíamos usado condon, pero eso era lo de menos, porque tomaba pastillas y Simón lo sabía, él aquella vez me acompañó a comprarlas, pero eso era lo de menos.

De lo que sí estaba segura era que ya había ablandado la situación con Simón, en el aspecto de esta ¿relación?, de solo pensar lo que había sucedido las últimas horas mis mejillas se sonrojaron en imaginar cómo sería con los demás, qué diría eso de mi, pero lo más importantes es sobre qué pensarían ellos al acostarme con los demás.Decidí bañarme y arreglarme para poder comer algo por que no tenía nada en el estomago desde ayer, y prepararles la comida a los gemelos.

Cuando llegué a la cocina me detuve un momento, todos estaban ahí,y para mi suerte dejaron de hacer todo lo que estaban haciendo para mirarme.

—Buenos días—dije tratando de sonreír.

—Buenos días—respondieron en coro.

—Iré a ver a los colombianos— dice Simón, pasando a lado de mí, sin hacer caso.

El Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora