El Ángel De La Muerte

28

Cali

No se como he logrado salir del cuarto de Henzo sin derramar una sola lagrima es como si me hubiera ahogado.ni siquiera cuando lo empecé a tocar me había sentido tan culpable, Henzo lo acepto sin negarse por su estado o estaba tan medicado para negarlo.

En el momento que me beso, pensé que era adictivo y podía cumplir cualquier fantasía no solo con él, pero ¿va tan rápido? No se como todo esto ha sucedido en tampoco tiempo. Ellos, sus caricias, las situaciones, el sexo.

Podría simplemente regresar con él, disculparse y pedirle que durmiéramos abrazados hasta que llegaran los chicos. Me gusta creer que soy una persona que sabe que decir o que hacer y me gusta poder relacionarme de una forma poco convencional con los demás o realmente todo lo que digo es mentira, pero así soy un momento puede saber controlar mis emociones pero en otro soy un completo desastre que ni siquiera sabe qué sentir, pero cuando estoy hasta la cima algo cambia en mi, y ese algo me pide tomar el control de la situación, como lo que había pasado hace un momento.

En este momento y todo lo que ocurre me abruma, soy idiota.

—¿Qué pasa muñeca?—me sobresaltó al escuchar la voz de Helio, trato de recomponerme.

—¿Dónde están los niños?

—Se quedaron con mis hermanos comprando ropa y esas cosas—se acerca hacia mí, y con cariño alza mi mentón para que lo mire, me saca una cabeza y me siento pequeña ante él, o más bien con todos ellos.—No respondiste.

—Nada—trato de alejarme para ir a mi habitación pero no parece dispuesto a dejar esto así.

—No te comportes como una niña—sentencia, su voz suena muy autoritaria.—Si no hablas tendré que castigarte.

—Ni con eso hablaré—y sin más, salgo corriendo de su alcance, no tengo ni la menor idea por que mi cuarto es el más alejado, siento su presencia tras de mí.

—¡No podrás escapar, nena!

Riéndo llegó hasta mi cuarto y con toda la prisa del mundo intentó cerrar la puerta pero un gran hombre es capaz de no permitirme hacerlo.

—¿Creíste que no te alcanzaría?

—Si

—Solo habla conmigo, sin segundas intenciones, aunque si quieres puede ser ambos—dice lo ultimo con una sonrisa, dejó de luchar contra él y decido dejarlo pasar, pero antes que cierre, el pasillo se ilumina por la apertura de la habitación donde se encuentra Henzo, este al salir me ve.

Va de traje pero a comparación de los demas siempre de negro como la mayor parte del tiempo que lo veo, solo que sin corbata y tres botones desabrochados dejando ver parte de su pecho y asomando un tatuaje, él me mira pero no dice nada, solo se va dejandome con miles de preguntas en mente y su cambio de actitud tan repentina.

—¿Qué pasa?¿Vienes?—pregunta Helio sentado en el sofá de la habitación.

—Nada, solo que vi a Henzo salir con traje, debería quedarse, está herido— me giro hacia Helio.

—Así es Henzo, nunca lo harás entender a menos que lo ates a la cama—ante ello me sonrojo y parece notarlo pero no dice nada—bueno, ¿porque estas así?

—Así ¿cómo?

—Pues rara...esquivando preguntas sencillas, mira, se que nuestra relación es poco convencional y Amira no está, entiendo que era tu mejor amiga—recordarla me abate demasiado—y se que es dificil, creeme que yo te entiendo, yo también perdí a mi mejor amigo y mis hermanos en ese entonces no eran tan fraternales como ahora, pero en su momento quería que alguien me escuchara, no quiero reemplazar el lugar de ella, pero antes de todo quiero que sepas que puedes contarme lo que sea— palmea el lugar a lado de él y decido sentarme quedando frente a él.