El Ángel De La Muerte

7

Idiota, si, definitivamente un idiota.

Ojos raros, ojos miel pero a veces verdes.

A la luz del día que entraba por la ventana parecían ser verdes, pero en la sombra, tal vez se volvían cafés, aunque siempre se le veían color miel, como si fueran un campo en la noche donde te pudieras perder.

Sus ojos no eran lo único atractivo. Su boca rosada, sus labios carnosos que se movían cada que hablaba. Su mandíbula marcada cubierta por un pequeño rastro de vello, se veía grande gracias a eso.

—Necesitaba que todos estuviéramos aquí por que necesito que terminemos con el caso de los Galiano—dijo Hache tomando su asiento. No traía el chaleco que debían traer todos los agentes, solo aquella camisa azul marino arremangada antes de su codo—Yo estaré a cargo sobre el caso del que se encargara la licenciada Cali, me pidieron que yo vigilara su trabajo, se le asignara alguien mas para cuidarla— aseguro.

— No lo entiendo— declaro Simón, Hache solo se limito a verlo con el ceño fruncido— Yo no puedo permitir que interfieras en esto, él que da ordenes aquí soy yo, es mi equipo, no tuyo.

—No vengo a dar ordenes, me mandaron a estar atento de lo que ustedes hagan, nada mas— dijo este—Necesito hablar con Cali, te pido que te retires—pidió Hache a Simón, este solo se fue azotando la puerta.

—Muy bien, ¿Qué sabes acerca de los hermanos?

—No mucho—conteste cortante.

—Ale, necesito que me digas—

—No tengo que informarte nada, al menos que me sea autorizado darte información— dije observándolo fijamente, sus ojos eran hipnotizantes, así que mire hacia otro lado.

—¿Estas molesta por lo que te dije?— se ríe— Creí que eras mas inteligente.

—Lo soy querido— me acerco lentamente a él, rozando su entre pierna— y como te dije, no puedo darte información si no estoy autorizada, y de ti, no esperaba mas de una noche—contesto, mientras este parece respirar con dificultad.

—Somos un equipo—declara.

—Por favor, ni siquiera te crees tu aquella mierda—dije riendo secamente— Realmente, crees que somos un equipo solo por follar— digo frustrada, necesitaba estar calmada.

—Ale..—hago una seña para que se calle.

—Solo fue una noche, fuiste al hospital y te comportaste como el cabrón que eres, así que olvídalo— dije y decidí salir de la sala, no sin antes aprovechar y menear mi trasero mientras me dirijo a la puerta, se que eso puede llegar a provocarlo y por suerte funciona, por que escucho como suspira.

Lo que resta de la mañana pasa normal, Amira y yo desayunamos juntas, preguntándome que había sucedió con Hache, concordando que era un idiota, para ser sincera no esperaba más de él, hombres como él no buscan ser pareja de una mamá soltera, solo con decirlo suene como una patética, pero así me siento, trato de demostrar que sus palabras no me afectan, pero lo hacen de un modo u otros, a veces pienso en Hades, en como si cuerpo congenio con el mío aquella noche, pero con Hache fue algo mas carnal, pero lo único que tenían en común era yo, una simple follada.

—Cali— Amira mueve su mano frente a mi, haciéndome regresar de mis pensamientos— Te quedaste viendo la nada—se ríe.

—Lo lamento, estaba recordando algo.

—Aja, y yo no me acuesto con tú jefe— dice ganado una cara de horros.

— Por dios, parece que necesitas alejarte un rato de esto—sentencia, mirándome fijamente.