Día 22 (Parte 2)

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Continuación:


- ¡¿Señor cual es su problema?! - reclamo algo histérico el alvino, acompañado con las miradas matadoras de Millie y Loona.

- No entiendo de que mierda me hablas, pito de bebe - cuestiono sereno el imp mayor, sentado en la silla de su oficina con los pies en su escritorio, era claro su expresión deprimida pero que de alguna manera intentaba ocultar.

- No se haga el tonto con nosotros, señor - contraataco el alvino cruzando sus brazos - ¿Por que el príncipe Stolas y usted se pelearon? - fue directo al grano.

- ¡Ese no es su problema! - se defendió volteando su cara para no verlos - Yo no me meto en sus patéticas vidas.

- ¡Lo haces todo el tiempo! - dijeron todos al unisono con molestia.

- ¡Ho vamos, esto es diferente! - buscaba justificarse, algo difícil en su situación en realidad - en vez de estar todos interrogándome y sermoneando me, deberían de ayudarme a encontrar a otro demonio que nos brinde acceso al mundo de los vivos - se paro firme ya mirando a todos con seguridad.

- Pero ¿Por que, Blitzø? Si el libro de Stolas sigue aquí - intervino Millie.

- ¡¿Que?! - soltó repentinamente - ¡Ahhg! ¡Le dije a ese mal nacido que se llevara su estúpido libro con el! - dijo entre dientes por el enojo - se lo fuera metido por el culo - murmuro con seriedad.

- No sea malagradecido, señor - volvía hablar el alvino - el señor Stolas fue muy amable al aun dejar su libro con nosotros a pesar de que ustedes se pelearan de sea lo que sea.

- ¡Me vale una puta madre si lo dejo o no! - exploto en cólera - ¡Sea como sea se lo devolveré y fin del asunto!

Nadie dijo nada, es ese lapso de tiempo el silencio tomo protagonismo en esas cuatro paredes de concreto con cuatros demonios frustrados adentro, Blitzø desidio romper el horrible e incomodo momento de reserva.

- Perdónenme - dijo inesperadamente con notoria tristeza en su hablar. Los demás quedaron estupefactos; nunca de los nunca su jefe se había disculpado antes con ellos, o al menos nunca de esa forma. Sincera y llena de arrepentimiento.

Siempre eran los típicos:

"Lo siento, Mox por usar tu moño para limpiar el vidrio de mi camioneta"

"Lo siento, Mils por usar tu ropa sin permiso, es que ensucie la mía"

"Lo siento, Loony por regalarte arañas en tu aniversario de adopción, creí que te gustaba comerlas"

Entre otro listado de cosas más que hacia cada día su jefe a ellos.

Siempre eran disculpas vacías, como si no se sintiera culpable de nada a pesar de que hiciera algo malo, pero esa...ha sido la disculpa más sincera, verdadera y única en toda su existencia. Los chicos al no decir nada, Blitzø volvió hablar:

- Perdónenme de verdad....no se en que momento todo esta mierda termino mal – se cubría la cara de la tristeza, intentando no llorar – siento mucho en poner en riesgo nuestro trabajo, pero lo hecho, echo esta y no podemos seguir teniendo el libro de Stolas – por fin los volvió a mirar a la cara a todos – veré la forma de dárselo y no se preocupen...ha – suspiro sin ánimos – encontrare la forma de volver al mundo de los humanos, se los prometo. No importa si tengo que chupársela al mismísimo Lucifer...ustedes son mi familia y nunca dejaría que mi familia le falte algo – hablo desde el corazón con su mirada perdida y aun entristecido.

La pequeña pareja y la loba quedaron ya boquea abiertos, era inevitable no poder sentir tanta gratitud por lo que Blitzø está dispuesto a pasar con solo poder verlos bien. Sin previo aviso todo lanzaron a abrazar a su jefe, era un conmovedor momento para todos. Prometiéndole que no lo dejarían solo, y que lo ayudarían a encontrar otro método para salir a la tierra de los vivos.

Stolitzø (Reto de 30 días shipp) *Stolas x Blitzø*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora