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Hayoung se encontraba cepillando sus dientes en el cuarto de baño al que todos podían acceder: el del pasillo. Este no pertenecía a ninguna habitación, así que acudía a él a menudo al no tener Heeseung un baño propio en su cuarto.

—Hola. —accedió Riki para hacer la misma acción, colocándose a su lado y agarrando su cepillo del pequeño bote blanco de mármol—. Vaya, no me puedo creer que te veas tan ridícula lavando tus dientes.

—¿A qué ha venido eso? —preguntó y solo recibió una sonrisa burlona de parte del menor—. Mejor cállate si no quieres acabar con tu cara empapada de agua mezclada con espuma, pasta de dientes, sangre y restos de lechuga —amenazó, borrando de inmediato la sonrisa de Ni-ki.

—Dicho así, suena muy asqueroso.

—La verdad es que sí... —Hayoung cambió su expresión a una asqueada e inmediatamente lavó su boca con agua y guardó el cepillo de dientes.

—Si te sangran las encías es porque no te sueles lavar los dientes —Riki volvió a burlarse de ella, esta vez sacándola de sus casillas. Hayoung tuvo que ocultar su sonrisa y las ganas de reírse.

—¿Acaso prefieres tener el cepillo de dientes en un lugar menos agradable que en la boca? —Hayoung lo miró abriendo sus ojos amenazante, y volvió a agarrar un cepillo, sin mirar, que ni siquiera era el suyo, para apuntarle con él.

Riki rodó los ojos y alzó los brazos en señal de inocencia.
—Perdón, perdón —se disculpó.

—Así me gusta, más respeto a tus mayores. Y por cierto, ¿hoy Heeseung no planeó nada? Ya es de noche, incluso ya cenamos —preguntó Hayoung mientras se aplicaba una crema y el menor admiraba su perfecto rostro blanco y pulido.

—Me dijo que veríamos películas, comeríamos palomitas... Es extraño que no te lo dijera a ti. —Riki terminó de cepillar sus dientes y se apoyó en el marco de la puerta, esperándola.

—¡Palomitas! —exclamó. Lo miró incrédula en cuanto las piezas del rompecabezas conectaron en su cabeza—. Así que por eso nos dejó sin postre...

Riki hizo una mueca de sorpresa y la señaló con el dedo de vuelta.
—¡Es cierto!  —levantó sus cejas.

—Y, la verdad, supongo que simplemente se le olvidó decírmelo.

—Puede ser, Heeseung hyung últimamente está disperso, no sé qué será lo que le tiene tan distraído ni por qué pasa tanto tiempo en la habitación, más que antes. Tú estás allí con él, ¿qué es lo que hace? —preguntó Riki, curioso. Luego alzó las cejas con incredulidad y volvió a señalarla—. ¡Oh, Dios mío, no me digas que...!

𝐏𝐔𝐙𝐙𝐋𝐄 | Yang Jungwon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora