⭒⭒⭒
Ya era el último día de Abril. Las cosas habían marchado con normalidad. Por supuesto, habían acontecido momentos divertidos, recuerdos felices que se quedaría en la memoria de Hayoung, pero opacados. Opacados por lo mismo de siempre.
Las pesadillas aumentaron, si cabía, de intensidad, y ahora eran más frecuentes, pero para Hayoung eso era tan típico y normal que apenas lo notó. Solo sabía que se encontraba peor.Hayoung y Jungwon no se despegaban y fue varias veces a casa de sus padres a pasar allí el rato con su madre, porque era muy amable y cocinaba de miedo.
En ese instante, era de noche. La casa estaba sumida en un silencio sepulcral, glorioso para quienes dormían. Ruidoso para Hayoung.
Se escuchaban unos llantos que provenían del salón principal.
Las ventanas cerradas, las persianas bajadas, las luces apagadas. Tan solo se escuchaban gritos. Ningún vecino podía oírla, nadie la escuchaba. Ella creía que su llanto era fuerte y lo producía de esa forma como último grito de ayuda, buscando esperanza, pero lo cierto es que apenas y le salían las palabras de sus dañadas cuerdas vocales de tanto llorar y gritar a diario.
Mamá no estaba, aunque a decir verdad no importaba en absoluto si hubiera estado o no, pues era en vano.
Pero, de nuevo, se había llevado a Sunghoon. Por lo cual Hayoung estaba completamente perdida.
Un golpe, otro, otro...
Quemadura en la clavícula, marca en el cuello, arañazo en la nuca, moratón en la espalda... Era un ciclo que se repetía constantemente.Se escuchó un último golpe, que hizo que la niña del sueño cayera rendida al suelo. Sus gritos ahogados desaparecieron por completo así, y quedó dormida.
Pero aquello hizo despertar a Hayoung, que ahora tenía los ojos abiertos como platos, a diferencia de en la última imagen de sí misma de pequeña que vio.
Estaba paralizada, porque en medio de la oscuridad de su cuarto veía una figura, la de aquel monstruo. Y ella sabía que todo era producto de su mente, pero estaba tan asustada que le costó sacar los pies de las sábanas y animarse a andar.
Pero algo le animó; Jungwon, pensar en él y en que podría tranquilizarla fon esa bella sonrisa. Se levantó, fue hasta la cocina para lo mismo de siempre, para repetir la escena diaria y evitar llorar en vano, pero no estaba. Jungwon no se encontraba allí.
Tampoco estaba en el salón, y las luces de los baños estaban apagadas. Eso solo podía significar que aún no se había despertado, o que ese día Jungwon no tendría una pesadilla. Que sus sueños que los atormentaban no coincidirían.
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𝐏𝐔𝐙𝐙𝐋𝐄 | Yang Jungwon ✓
Fanfic𝐏𝐮𝐳𝐳𝐥𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞 | "La pieza restante de mi rompecabezas incompleto". Los puzles tienen piezas fundamentales que son necesarias para que sean completados. Las personas son similares, los pilares en su vida se interpretan como piezas que, si s...