𝐏𝐮𝐳𝐳𝐥𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞 | "La pieza restante de mi rompecabezas incompleto".
Los puzles tienen piezas fundamentales que son necesarias para que sean completados.
Las personas son similares, los pilares en su vida se interpretan como piezas que, si s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⭒⭒⭒
De repente, Hayoung salió de aquel pequeño trance, gracias a que una figura conocida estaba agitando su cuerpo.
—¡Hayoung! ¿Estás bien? —Jungwon la llamaba mientras Sunghoon y Yoon observaban preocupados. El mayor había parado el coche cuando todos se percataron de que la chica se había desmayado, estando ya aparcado en la entrada de su casa.
Los ojos abiertos como platos de Hayoung lograron recuperar la visión del presente, una vez se percató de la situación, se levantó rápidamente del asiento del coche.
—¡Sí! Sí... —se sujetó inconscientemente a Jungwon, pretendiendo que nada había pasado, como si no fuera importante que, una vez más, los recuerdos de su pasado le habían azotado de mala gana—. Vayamos a casa.
—
Hayoung —la llamó su hermano—, yo iré a llevar a Yoon a casa, no puedo dejar que vaya sola tras lo sucedido.
Tanto ella como Jungwon asintieron, y entraron a la casa bajo la mirada vigilante de Sunghoon. Antes de pasar por la puerta que Jungwon sostenía abierta, Hayoung se despidió de Yoon y le hizo un gesto con la mano para que le avisara cuando hubiera llegado.
—Hayoung, ¿qué ha pasado? —susurró él, sentándose junto a ella en el sofá. La pelinegra se mantenía cabizbaja, ignorando su mirada mientras fingía que buscaba algunas cosas en su bolso.
—Pues varios hombres han...
—Sabes que no me refiero a eso.
—N-no es nada, Jungwon... Solo he tenido un mal recuerdo, eso es todo. —trató de convencerlo.
Hacía un par de días que el mayor de ambos —por esa escasa y tierna diferencia de un día— había dejado de creerse las palabras de Hayoung. Sus "no es nada" comenzaban a sonar más falsos de lo que deberían, y se preocupaba. Sus pesadillas le causaban una intriga mayor cada vez, y todos los miedos que la rodeaban, como por ejemplo, el miedo al mar, ese que empezaba a perturbarle más de la cuenta. Sin embargo, solo con ver lo mal que Hayoung trataba el tema, le bastaba para saber que no debía presionarla ni mencionarlo.
Suspiró. —Está bien, ¿irás a dormir ya? —le preguntó, evadiendo el tema que él mismo había sacado.
—Sí. —se levantó dispuesta a ir a su habitación, para así dormir, pero fue interrumpida.
—¡Espera! —trató de llamarla lo más flojo posible, para no despertar al resto de chicos.
Hayoung se volvió hacia él, este se levantó y fue hacia ella. —¿Sí?
