⭒⭒⭒
Finalmente llegó el día, ese veinticuatro de Febrero Hayoung vería a su madre tras casi tres años de separación.
Y no fue fácil, por supuesto que no, no solo el asimilarlo, sino convencerla de que lo hiciera.
No contó su encuentro repentino en la noche, aquella fugaz visión que ambas tuvieron de la otra —una muy mala, además— porque no estaba preparada y no quería verla, pero tras mucha insistencia por parte de su hermano, convenciéndola de que todo ahora era diferente, logró hacer que Hayoung tuviera ciertas ganas de verla nuevamente y de poder ver con más claridad y luz su rostro.Quería empezar de nuevo... terminar definitivamente con el pasado.
—Jungwon —Sunghoon llamó la atención de este, ya que estaban los tres en el cuarto de la pareja, mientras Hayoung terminaba de prepararse.
—¿Sí?—¿Te gustaría venir? —cuestionó, y no pudo evitar reír al ver la cara de sorpresa de los dos menores—. Me cuesta admitirlo, pero ahora mismo tienes un poder mayor que el mío para consolar a Hayoung, si es que pasa algo.
—No estoy preparado para conocer a mi suegra, y menos aún sabiendo todo lo que pasó... —las manos de este comenzaron a sudar, las movía de manera adorable para que se secaran—. Pero si es por ella lo haré.Hayoung sonrió y se giró para abrazarlo, a lo que él rió tímido.
...
—Es aquí. —Sunghoon aparcó el coche frente a una casa de tamaño medio.
—¿Desde cuándo está en Corea? —preguntó Hayoung, suspirando repetidas veces. Jungwon se dio cuenta de que trataba de calmar sus nervios y tomó su mano, apretándola.—Vino desde Estados Unidos por fechas navideñas, cuando le confirmé que la vería.
La pelinegra dejó de estar cabizbaja; subió su cabeza para mirar a su novio con una gran sonrisa llena de ternura a la vez que de nervios.
Tocaron el timbre y esta abrió, Hayoung se sorprendió bastante cuando, al armarse de valor para mirarla, la encontró tapando su boca con la mano izquierda y con una expresión triste y nostálgica.
En efecto, Sunghoon no le había dicho que Hayoung iría ese día, era una sorpresa para la mayor.
Los tres pasaron, Sunghoon le dio un pequeño abrazo a esta, aún con su expresión endurecida, y la mujer rápidamente dirigió su vista a Hayoung.—No me puedo creer que ya tengas dieciocho años... Incluso ya eres más alta que yo, ¿cuándo creciste tanto? —esta trató de abrazarla una vez más, pero el cuerpo endurecido de Hayoung no se lo permitió, aunque esta vez no fue ella la que se apartó, sino la mujer al ver que era demasiado pronto.
—Vaya, te acuerdas de mi cumpleaños. Y esa pregunta es muy obvia, crecí en los tres años en los que estuve fuera, te recuerdo que me echaste de casa —habló dirigiendo su vista a otro lado, con los brazos cruzados.—Hija, por favor... Si le he estado diciendo a tu hermano que vinieras es porque quiero arreglarlo. —la voz rota de la mujer enterneció un poco a Hayoung, y esta suspiró.
—Explícate.Se dignó a mirarla, entristeciéndose al ver su rostro arrugado, la vejez y las malas condiciones a las que se sometía le habían hecho verse demacrada incluso al haber dejado el mundo de las adicciones atrás, su pelo era grisáceo y negro, sus ojos marrones.
—Incluso estando fuera de mí misma, me di cuenta de que me había quedado completamente sola por mi propia culpa. —suspiró, empezaron a caminar hacia la cocina—. Así que decidí llamar a terapeutas, psicólogos y cualquier cosa que me pudiera ayudar... Logré dejar las adicciones a mitad del año pasado y pude contactarme con tu hermano.
Sunghoon expresó una sonrisa, incómodo al dejarle ver a la chica que realmente llevaban más tiempo hablando del que ella pensaba.
Hayoung bajó su rostro, miró a Jungwon, quien estaba a su lado observándola, luego volvió a dirigir su vista al suelo y los otros tres presentes pudieron notar lágrimas chocar con la madera de este.
—No es tu culpa... No del todo. También fué difícil para tí.
Por mucho que le hubiera costado admitirlo porque se vio forzada a culparla, y el dolor le opacó la mente, su madre fue una víctima más, de aquel hombre, de la tristeza por la muerte de su padre real, la melancolía, la soledad, la pérdida de un amor, las drogas, el alcohol...
—Sí, pero aún así fué mi error que tuvieras que pasar por todo eso. —sujetó los hombros de su hija y le habló mirándola a los ojos—. Lo siento. Lo siento mucho, Hayoung.
Ella asintió y secó sus lágrimas.
—Te perdono. Olvidemos todo esto y empecemos de cero.Ni siquiera se preocupó por molestarse consigo misma al haber cedido tan rápido... no podía ni imaginarse lo mal que se sentiría si su madre volvía a cruzar la línea hacia el mal camino por haber sido rechazada.
—Está bien. —la señora Park asintió y soltó a su hija—. Vamos todos a la cocina, comamos algo y hablemos, quiero saber cómo te ha ido estos años.
Si bien sus palabras eran duras y secas por la tensión, la reluciente sonrisa no se eliminaba de su rostro y sus ojos cristalizados le devolvieron a la chica la sensación de una relación de madre e hija real y buena, como si nada hubiera sucedido.
Los tres siguieron a la mujer hasta el lugar indicado y se sentaron junto a ella alrededor de una mesa de madera, sirvió algunos postres.
—Puedo suponer que este jovencito es Jungwon. —miró al mencionado, quien aún no había hablado nada.
—Lo soy.—Sunghoon me ha hablado de ti. Quiero darte las gracias de corazón por ayudar a Hayoung con todo lo ocasionado. Es realmente maravilloso y suena surrealista, debes de quererla mucho y ella a ti.
—Te lo garantizo —intervino ella, haciendo sonreír de ternura a la mujer.
—¿Sigues queriendo realizar una carrera universitaria destinada a ser profesora de inglés? —preguntó.
—Así es. —desvió un poco la mirada, todo aquello era difícil de creer, algo soñado—. No pensaba que te fueras a acordar.
—No me gustaría olvidarme de algo tan importante. —rascó su nuca....
Tras una larga charla, basada principalmente en Hayoung, lograron que el ambiente fuera algo más cómodo. Para todos era algo surrealista que hubiera sido tan rápido, pero Hayoung estaba deseando que comenzara realmente una nueva etapa en su vida, y creía que necesitaba a una figura materna para ello, o al menos una buena relación con la que ya tenía.
Además, vivir con el rencor no la llevaría a ningún lado, y había tenido tres años para perdonarla.
Aprender a perdonar... nunca se imaginó haciéndolo, pero la buena sensación que eso otorgaba a su pecho y la tranquilidad en su conciencia eran valiosas.—Ahora debo de enseñaros algo. Es privado, pero viendo que Jungwon lo sabe todo, creo que no pasa nada si él también viene —dijo, llevándose a los tres a una habitación.
...
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𝐏𝐔𝐙𝐙𝐋𝐄 | Yang Jungwon ✓
Fanfiction𝐏𝐮𝐳𝐳𝐥𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞 | "La pieza restante de mi rompecabezas incompleto". Los puzles tienen piezas fundamentales que son necesarias para que sean completados. Las personas son similares, los pilares en su vida se interpretan como piezas que, si s...