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—¡Chicos! Tengo algo que anunciar. —Jungwon comenzó a chocar entre sí una cuchara y una cacerola, para así llamar la atención de las siete personas que comían junto a él, haciendo que estos se callaran al instante a la par que se quejaban del insistente ruido metálico—. ¡Daniel vuelve! —aquella noticia que el pelinegro dio con sus ojos casi cerrados por la sonrisa, iluminó el rostro de los seis chicos que habían vivido anteriormente con él.

Resultó ser que aquella cama vacía en el cuarto de Heeseung no era nada más ni nada menos que la cama de un chico llamado Daniel, quien vivió allí durante un tiempo, siendo un amigo cercano de todos. Tal y como le habló Jungwon a Hayoung sobre el tema antes de comentarlo con los demás —por lo cual ella no se sorprendió—, Daniel había tenido que mudarse a Estados Unidos pocos meses antes de que ella llegara, por motivos familiares. Pero ya estaba todo solucionado, y estaría de vuelta.

—Llegará en unas horas, así que hay que recibirlo con los brazos abiertos —ordenó Jungwon, siendo inevitablemente tierno y obedecido.
—¿Volverá a vivir aquí? —preguntó el menor de todos, emocionado porque, antes de que se fuera, el pelinegro que pronto volvería era el más pequeño y cercano a su edad, y uno de sus mejores amigos.

—Sí, Riki —aseguró Jungwon—. Seguirá durmiendo junto a Heeseung, no te molesta, ¿no es así? —dirigió su vista hasta el mayor de todos.
—Para nada. —sonrió dulcemente, abrazando sus rodillas sentado en el sofá.

...

—Oh, Jungwon, estoy deseando que sea navidad... —anheló Hayoung mientras acariciaba el torso de este en un momento íntimo, por fin, tras haber estado la mayor parte del día junto a los demás, ambos acostados en su cama.
—Yo también. —este le dio un pequeño beso en la nariz para después, tímidamente, volver a su posición y seguir perfilando sus clavículas con el dedo. Ambos se miraban sonrientes cuando, de repente, el rostro de Jungwon cambió a uno un poco más travieso—. Debes de estar muy bonita vestida de rojo y blanco.

—¿Qué? ¿Quién te ha dicho que me vestiré de mamá Noel? —las mejillas de Hayoung se ruborizaron al instante, era algo que no pasaba a menudo, pero aquello definitivamente lo logró.
—¿Quién será si no mi acompañante cuando me vista de Santa Claus y le deje los regalos a los niños? —Jungwon rio, desatando otra incontrolable carcajada en ella.
—De ser así, eso lo harían Sunghoon y Heeseung... Oh, dios, y Jay, los veo capaces de hacerlo. —imaginó la situación y no pudo evitar estallar de la risa nuevamente, aunque con un poco de miedo de que realmente sucediera eso, siendo seguida por Jungwon.
—El año pasado Heeseung lo hizo. —las carcajadas incontrolables de ambos fueron interrumpidas por el timbre, que los hizo levantarse de inmediato.
—Debe de ser Daniel, vamos.

...

Estaban todos en el salón principal, reunidos cual familia, cuando Sunoo decidió hacer los honores y abrir la puerta lentamente, añadiendo suspense a la situación. Recibió a Daniel con una sonrisa y todos pudieron ver su rostro sonriente apareciendo poco a poco en la entrada.

—¡Hola! —este entró rápidamente la sala con varias maletas, repartiendo abrazos, hasta que llegó a Hayoung—. Oh, tú... Debes de ser la novia de alguno de los chicos, ¿me equivoco? Siento qud Jung...
—En realidad, es mi hermana. —Sunghoon agarró suavemente el brazo de Hayoung, la aproximó a él y sonrió con orgullo.

—Es cierto, había olvidado que tenías una hermana. —Daniel rascó su nuca un poco avergonzado—. ¿Ninguno de los chicos ha logrado salir contigo, entonces?
—Oh, por supuesto que sí. —esta vez, Jungwon consiguió sentar a Hayoung sobre sus piernas en el sofá, moviéndola entre él y su hermano como a una muñeca que estaba a punto de reír—. Es mi novia.

—Lo imaginaba. Encantado, soy Daniel. —expresó una sonrisa, era bastante adorable a los ojos de Hayoung. El chico hizo una reverencia que ella correspondió aún sobre las piernas de su chico, con los brazos de este aferrados alrededor de su pequeña cintura.
—Hayoung, lo mismo digo. —se giró a mirar al susodicho cuando Daniel continuó hablando con el resto—. Qué posesivo te has vuelto de repente... —le susurró.

—Si Sunghoon puede dejar claro que eres su hermana, ¿por qué yo no puedo destacar que eres mi novia?—frunció el ceño y dobló su labio inferior.
—Vale, vale. No puedo contradecirte. —Hayoung rio y volvió a mirar al frente, para seguir la conversación de los chicos.

...

—¡Así que vives aquí! —se contentó Daniel, observando a la que, ahora, era la tercera menor de la casa.
—Desde hace ya un tiempo, sí. —le devolvió la sonrisa—. Tengo que halagarte por haber sido una de las pocas personas que soportan a estos chicos.


Daniel se carcajeó
—Es difícil ser el más pequeño de todos... —Daniel le sonrió, ella devolvió aquella sonrisa con ternura.

En ese instante, Jungwon aferró su agarre a la cintura de Hayoung, haciendo que estuvieran extremadamente pegados, provocando un leve sonrojo en ella. Ahora tenía el poder de ponerla aún más nerviosa, y lo aprovechaba como si se le fuera la vida en ello.

—No le puedes sonreír así a nadie que no sea yo... —susurró Jungwon en su oído a modo de recordatorio, de manera que nadie lo escuchó.
—Últimamente eres muy celoso. Deja de interrumpir mi conversación. —la pelinegra le dio un tierno beso en la nariz antes de proseguir.

Daniel tomó asiento luego de largas insistencias de los chicos, al lado de Hayoung, para seguir conociéndose un poco mejor ahora que iban a ser convivientes.

...

𝐏𝐔𝐙𝐙𝐋𝐄 | Yang Jungwon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora