Prólogo

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Un año después de la muerte de Kagome



Expulso el humo de mis labios viendo como a mi lado Abi pasea una mano por mi pecho. Con la mano que no sostengo el cigarro la aparto porque justo ahora no estoy de humor para volver a follar.

Ella no parece muy contenta con lo que acabo de hacer porque se yergue para que la mire y fruncirme el ceño. Ignoro su déficit de atención y me concentro en seguir fumándome el cigarro que tengo.

—Estás muy frio hoy—habla ella y ruedo los ojos sentándome en la cama—¿Qué pasa? ¿es porque Kagome tiene un año muerta?—cuestiona con una sonrisa divertida—¿te hace falta?—hace un puchero que me hace rodar los ojos.

—Sabes que me importaba una mierda tu hermana la muerta, comienzo a pensar que la obsesionada con ella eres tú. No has dejado de mencionarla desde que se murió—apago el cigarro y me pongo de pie para buscar mi ropa porque ya Abi me quitó las ganas de seguir aquí.

—Solo extraño mi juguete, era genial para hacerla sufrir—no puedo evitar reírme mientras me cambio con rapidez—¿a dónde vas?—cuestiona y yo me acerco a ella para besarla.

—Revívela y sigue jugando, yo al menos me siento liberado de esa carga. Tener que fingir amor con ella era un jodido martirio—Abi no pierde tiempo en comenzar a besarme el cuello—me tengo que ir Abi—ella se aparta y sonríe.

—Es una lástima que muriera tan fácil—no digo nada y emprendo mi camino lejos de su habitación.

Con los lentes puestos mientras conduzco no puedo evitar girar hacia el cementerio y compro un ramo de rosas porque debo respetar las buenas folladas que me dio, cuando doy con su lapida las dejo sobre su tumba.

La tonta, inútil y muy manejable Kagome. Una mujer que me puso todo en bandeja de plata, no puedo evitar comenzar a reír frente a su tumba.

—¿Qué haces aquí?—giro viendo a Kikyo.

—Viendo como una mujer que follaba tan bien ahora solo es restos de huesos y gusanos—veo como aprieta los labios y mi sonrisa incrementa—espero que esté disfrutando en el más allá—Kikyo me lanza una mirada de odio y levanto las manos divertido—adiós Kikyo, es una lástima que no pudiéramos coger, te hubiese encantado—con esas palabras me alejo dándome cuenta de que tengo muchos planes.

Que Kagome Higurashi no esté hace las cosas más... aburridas.



¡Sorpresa!

Les dije que pronto estaríamos leyendo el prólogo de esta historia.

¿Ansiosos por más?

Lamento decirles que tendrán que esperar, pero quiero leer todas las locas teorías que hacen, muchas de ellas acertaron en el libro I, ¿creen que en este también?

Espero su apoyo con un hermoso voto y comentario. 

Los amoro.

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