Capítulo 46

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Recuerden comentar mucho como regalo de inicio de semana que les di, espero que lo disfruten.

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Inuyasha


No puedo dormir.

A pesar de que Kagome está totalmente rendida a mi lado yo tengo la cabeza con demasiadas cosas. Es por eso que me giro quedando de lado mirándola dormir. Sonrío porque Kagome siempre que duerme hace una pequeña arruga con su nariz que la hace ver tierna. Ella no lleva ninguna pieza sobre su cuerpo porque llegando aquí las cosas se pusieron algo candentes y terminamos una vez más haciéndolo, no negaré lo mucho que me encanta estar dentro de ella.

Una de mis manos se mueve a su espalda desnuda, mis dedos acarician sintiendo la calidez de su cuerpo y Kagome se remueve, más no se despierta. Kagome murmura algo en sueños y luego se gira quedando frente a mi aun dormida, una de sus manos cae encima de mi brazo y no puedo evitar tomar su mano y acariciarla, mis dedos recorren los suyos y el recuerdo del anillo que llevaba en su dedo en el pasado viene a mí.

Puedo perfectamente recordar cada sentimiento que me atravesó cuando me dijo que sí en el pasado. Yo siempre he creído en el matrimonio, quizás eso se deba a que mis padres me dieron un ejemplo de lo que quería en uno. Nunca lo vi el matrimonio como si me atara, sino como un símbolo quizás, una promesa de que se luchará hasta donde se pueda, de que daremos todo por el otro y haremos lo posible por ser felices no solo uno, sino ambos.

Así que no era de extrañar que le haya pedido matrimonio a Kagome en el pasado cuando yo estaba tan loco por ella, pero no sabía que se podía amar más a alguien hasta que me dijo que si, con ese brillo en sus ojos, con esa sonrisa en sus labios. Con la felicidad que brotaba de cada poro de su cuerpo. Todo parecía tan perfecto.

Miro sus dedos con el deseo de que una vez más haya un anillo en ese lugar. Suspiro y me levanto de la cama cubriendo a Kagome en el proceso. Ella sigue en su mundo mientras yo me coloco un bóxer y me muevo por el lugar hasta que me quedo frente al gran ventanal cerrado, lo abro y salgo al balcón sintiendo el frio de la noche en mi piel. Regreso y busco mi teléfono marcando a mi hermano, hay varios pitidos antes de que ese imbécil lo tome.

—¿Inuyasha?—la voz de Sesshomaru se escucha ronca—¿pasó algo?, ¿estás bien?—yo me siento y suspiro.

—Lo haré, me casaré con Kagome mañana—confieso y la línea se queda en silencio.

—Imbécil, ¿no podías esperar a mañana para decirme eso?—cuestiona y luego se hace un silencio—espera, espera, ¿mi cerebro aún sigue dormido o te escuché decir que te ibas a casar?—no puedo evitar reírme y llevar mis ojos a la silueta dormida en la cama.

—La amo, la amo tanto que quiero hacerlo. Esta vez que si se pueda cumplir. Quiero hacerla mi esposa, quiero llamarme a mí mismo su esposo. No sé si fue el destino que tenía esa mujer para mí o fue simplemente casualidad, pero ya no quiero perder el tiempo en esperar. He esperado más de cuatro años por ella, he esperado aun después de la muerte y ahora que está aquí y me ama como yo a ella no quiero esperar. No sé si es muy apresurado, no sé si ella quiere lo mismo, pero lo intentaré.

>> Me hice una promesa un día, la cumpliré hoy. Quiero que Kagome sea una Taisho, quiero que seamos felices, quiero que sea la madre de mis futuros hijos, quiero todo con esa mujer—mi hermano solo se ríe, comenta algo en voz baja, supongo que despertó a Rin.

—Cuenta conmigo para lo que necesites, ustedes merecen ser felices—es lo que responde y no puedo evitar reírme.

—Gracias, hermano—Sesshomaru suspira.

Travieso DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora