Inuyasha
Estoy incómodo y bastante molesto, eso es algo que las personas del lugar han notado porque lo demuestro, pero, aunque lo esté, no lo digo en voz alta. Se supone que el evento duraría tan solo unos días, pero se ha extendido ya a una semana y unos tantos días.
La única razón por la cual no he mandado todo al demonio y he volado para volver con Kagome y mi familia, ha sido porque aún quedan chicos que no han sido seleccionados por ningún patrocinador. Estoy buscándoles oportunidades porque sé el esfuerzo que han hecho para llegar hasta acá y sé que, con las palabras correctas, puedo hacer que alguno se interese.
Es terrible mirarles la cara de decepción que tienen al ver como todos los demás ya tienen patrocinadores mientras ellos siguen a la deriva porque saben que tendrán que esperar años antes de que una nueva oportunidad como esta les sea dada.
Es por eso que justo ahora estoy hablando con uno de los patrocinadores de un chico muy bueno, el hombre no parece del todo convencido y es por eso que le doy las palabras que busca, porque tampoco miento, el chico solo le hace falta un poco más de entrenamiento, pero tiene un futuro brillante en los deportes, es algo que yo veo y quiero que otros más también.
Cuando consigo las palabras positivas por parte del hombre tengo que ocultar la sonrisa que quiere escaparse mientras me despido y me levanto de la mesa. Estoy cansado, pero también caliente.
Maldita Kagome que me tiene como un horno donde cada vez que reviso mi teléfono y veo la foto de ella desnuda, mi miembro se levanta tan entusiasmado que hasta pena me da porque ella no está aquí para resolverme el problema.
Es curioso como solo esto me pasa con Kagome, puedo admirar a cualquier mujer porque siempre he creído que son unos seres dignos de admiración. Me encanta el cuerpo de las mujeres, la forma en la que fueron creadas, pero lo que siento cuando veo a Kagome Higurashi es algo a otro nivel. Es como si no existiera otra mujer capaz de acaparar mi atención porque ella, sin decirme una palabra, me hace esclavo de su figura, de su sonrisa y la picardía en su mirada.
Hemos estado hablando cada que podemos, nada sexual, porque por muy excitante que fue la llamada hot que tuvimos, sé que Kagome se cohíbe un poco en estas cosas y yo la entiendo, tampoco es que solo necesite actos sexuales por parte de ella, porque a pesar de que me encantó el juego de la llamada que tuvimos, lo que más ha estado en mi cabeza fue la confesión que me hizo.
Me ama.
En ese momento sentí que el ego se subió a un ascensor y comenzó a ascender tan rápido y alto que no fui capaz de pararlo. Joder, es que siento un puto orgullo de mí mismo, el saber que soy el hombre que ella ama me tiene en un estado de euforia que se ve opacado por esta puta distancia. Quiero ir y escuchar en vivo y en directo las mismas palabras. Como también quiero besarla, abrazarla y follarla. Quizás no siga ese orden, pero de que obtendré todo eso, lo haré.
La ciudad se muestra ante mis ojos porque el evento de hoy es un hotel donde el restaurante queda en los últimos pisos, dando una vista majestuosa. La oscuridad se muestra mientras bebo de mi copa y siento un perfume fuerte y luego un tacto suave en mi brazo.
—Señor Taisho—giro la cabeza encontrándome con la sonrisa molesta de esta chica. Frente a mí se encuentra una mujer preciosa de ojos azules, tez clara y cabello negro que le cae por la espalda totalmente liso.
Tsubaki es la hija de uno de los patrocinadores más importantes del evento, la conocí desde hace unos días y a pesar de mis constantes desplantes ella sigue aquí. Quise ser amable con ella cuando la conocí, recibí una propuesta de su parte que estoy seguro que muchísimos hombres estarían encantados de aceptar, pero la decliné de inmediato haciéndole saber que tengo pareja, claro que para una chica caprichosa que su padre le da todo, ella no se ha detenido.
ESTÁS LEYENDO
Travieso Deseo
FanfictionCuatro años han pasado desde que Kagome dejó atrás su vida, desde aquel fatídico día donde descubrió una verdad que la destruyó. Ahora Kagome no es la misma chica de sonrisa fácil y sentimientos débiles. Es una mujer de armas a tomar que no le teme...