Capítulo 32

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Inuyasha

Tomo de mi copa viendo el aire más deprimente y aburrido que puede haber para una supuesta despedida de soltero. La sonrisa fingida que lleva Miroku hacia su suegro es una clara demostración de que contento con lo que preparó no está.

Y es que nadie estaría contento con este ambiente. Si así de deprimente se ve Miroku quien se supone que debería estar disfrutando sus últimos días de soltería, no me imagino como desde afuera se debe de estar viendo esto. Siento pena por cada uno de nosotros que debemos sufrir de este castigo.

El papá de Sango sonríe divertido mientras juega a las cartas con un tío de Sango mientras le habla a Miroku que ya no sabe a dónde mirar. Quiero reírme, pero lo cierto es que ya el hombre da pena.

Estamos en un pequeño club con la música suave, gusto del papá de Sango, con sus tíos hablando de la sobrina que se casará y con nosotros sentados tomando porque no hay nada más que hacer.

Sesshomaru a mi lado controla un bostezo antes de tenderme una nueva botella cuando la que estamos compartiendo acaba. Y es que en eso se ha resumido nuestra noche, en beber y controlar las ganas de dormirnos con este ambiente tan aburrido.

—Si me caso y me das una despedida de mierda como esta dejamos de ser hermanos—murmura mientras teclea en su celular. Naraku por su parte también parece enfocado en su teléfono.

—Si llamamos a algunas bailarinas de manera sorpresiva ¿el suegro de Miroku se enojará?—pregunta Naraku y giro a mirarlo—escuché a Sango hablando de que ellas tendrían strippers, me parece muy justo que el hombre solo tenga que fingir una sonrisa con esta despedida de mierda—asiento de acuerdo a sus palabras.

Lo cierto es que yo también escuché como que tendrían la mega despedida de soltera, pero tampoco es que les creo mucho. Con Sango embarazada dudo que sea mucho lo que puedan hacer, además de que sé que Miroku es muy sobreprotector con el embarazo de Sango y que ella misma cuida demasiado de su vientre ya bastante crecido. Posiblemente están ahora mismo tomando algo mientras se pintan las uñas o que sé yo.

—Busquemos, tenemos que animar este lugar o me dormiré—comento sacando mi teléfono. Los tres tecleamos en busca de alguna propuesta que satisfaga y pasa alrededor de media hora antes de dar con lo que queremos—lo tengo, ¿qué vestimenta?—cuestiono mirando el amplio catálogo que tienen esta gente.

—Animadoras, porque esto es deprimente—habla Sesshomaru a lo que rio y elijo. Me confirman que en una hora estarán aquí por lo que sonrío hacia mis compañeros y levanto la mirada observando al secretario de Kagome quien habla con Miroku en voz baja.

Mi mirada se cruza con la suya y mis labios forman una fina línea al recordar que este bastardo tocó a mi mujer.

Trato de apartar ese maldito recuerdo y mejor pienso en lo que pasó en la oficina de Kagome, si, ese recuerdo es tan agradable que tengo que llevarme el vaso a los labios dándole un trago.

—¡Vaya, pero que despedida de soltero más animada!—lo que faltaba. Miro hacia Bankotsu quien sonríe y su sonrisa se cae cuando el papá de Sango le da una mirada de muerte, se acerca a nosotros mirándolo de reojo. Y no es de menos, el papá de Sango intimida como la mierda, es como el papá de Kagome, solo que posiblemente este hombre sentado a unos metros de nosotros no sea tan paciente como el señor Ishida.

—Es un teniente, ten cuidado o tu culo sufrirá las consecuencias—habla Naraku tomando de su cerveza—no es de mucha paciencia y su sentido del humor está jodido, así que, si quieres salir de aquí sin un tiro en la frente, procura no hacer de graciosillo—Bankotsu parece sorprendido por todo lo que le dice Naraku.

Travieso DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora