Inuyasha
Salgo del baño sintiendo las gotas que se resbalan de mi cabello, bajar por mi cuerpo. Busco a Abi con la mirada en la cama, pero no está ahí, se encuentra fumando mientras mira por la ventana en un silencio extenuante. No menciono nada mientras busco mi ropa cambiándome en silencio, aunque no puedo dejar de mirar a Abi, su comportamiento está siendo extraño.
—¿Pasa algo?—pregunto finalmente, ella no gira a mirarme, sino que termina de dar la última calada dejando ir el humo por sus labios con tranquilidad.
—Nada, solo pienso en la manera en que la vida de una persona puede cambiar para siempre por la decisión de otra—gira un momento mirándome—¿saldrás?—cuestiona.
—Iré a mi casa, no quiero que nadie me moleste hoy—ella solo suspira y vuelve a mirar por la ventana. Tomo mis cosas y salgo en silencio, con una pequeña presión en mi pecho que me recuerda que fecha se celebra este día. Paso frente a la habitación de Kagome y me estremezco.
Mis pasos se detienen mientras observo el pasillo solitario, miro al frente y suspiro antes de girar hacia la puerta cerrada, mi mano va a la manija, pero no llego a abrirla, ya que está cerrada, niego y sigo mi camino bajando las escaleras, encontrándome con Ken y Naomi quienes callan la conversación que tenían en cuento me ven.
—¿Te pasa algo, Inuyasha?—habla Naomi y por un momento solo la miro queriendo decirle cuanto odio siento por ella, cuanto asco me da como mujer y como madre. Todo lo que tuvo que pasar Kagome en silencio, ella viendo todo, ella siendo una de las personas que la rompieron.
Me muerdo la lengua hasta sentir el sabor metálico de mi sangre y solo niego con tranquilidad, Ken me mira raro, pero hoy no me interesa.
—¿Cómo está Abi?—pregunta él con curiosidad.
—Normal, me tengo que ir—no presto atención a si quieren seguir la conversación, solo sigo mi camino.
Subo a mi auto sintiendo que la presión en mi pecho cada vez duele más, mucho más. Conduzco sin saber hacia dónde ir, al final entro a un supermercado saliendo con varias botellas de alcohol. Abro una dentro del coche dándole un largo trago y siento como quema mi garganta y como mi estómago protesta, pero es algo que no puedo evitar.
Conduzco hacia donde tuve mi primera cita con Kagome, porque hoy ella está cumpliendo años, hoy ella estaría cumpliendo 23 años. El tiempo se detuvo para ella, pero también para mí. Porque desde su partida, siendo que no avanzo, que corro, que camino, pero sigo en el mismo punto, en el mismo lugar que me quedé cuando vi ese anillo en su cuerpo, su cuerpo carbonizado.
La primera botella acaba, la segunda igual. Salgo del coche caminando, dándome cuenta de que en aquel entonces este sitio para mí fue especial, porque ella iluminaba todo con su sonrisa, ella parecía tan feliz en ese momento. Cuando le dediqué la canción, con los altos y bajos, quiero creer que Kagome fue feliz a mi lado.
Pero murió odiándote.
Otra botella acaba y los demonios comienzan a atacarme con más fuerza, porque le fallé a la única persona que nunca quise fallarle.
Otra botella acaba y subo a mi coche conduciendo de noche, tratando de no dejarme ir, no debo, todavía no es el momento.
Me empino la botella en los labios odiando la música que se escucha en mi radio, la apago mientras llego al cementerio. Salgo del coche con otra botella en manos y como era de esperar, solo hay silencio que es interrumpido por mis pasos nada suaves. Cuando llego a su tumba siento que me ahogo. Siempre duele fingir que su partida no se llevó todo de mí con ella.
Los recuerdos que tengo de ella son los que más me afectan, porque temo que un día olvide su voz o la mirada de amor que ella me dedicaba, temo olvidar el aroma de su piel, el sabor de sus labios o sus caricias. Aunque también temo que su partida duela para toda la vida.
—Hoy seguramente estarías sonriendo encanto—mi voz sale ronca y de manera torpe agarro la botella dándole un trago—hoy es tu cumpleaños, quisiera poder celebrar todos los años de tu vida a tu lado, viéndote seguir avanzando, verte con vida, pero creo que ambos sabemos que eso no se puede hacer—una risa rota se escapa de mis labios—pero te aseguro que si la vida me da la oportunidad de volverte a amar en vida, no te asustes cuando comenta una locura y te sorprenda—me rio tomando otro trago y haciendo una pausa. Saco el anillo que cargo conmigo desde su muerte, el anillo que indicaba que Kagome sería mi esposa.
>> Si la vida me lo permite, yo haré de nuestra boda una sorpresa para ti, te veré llegar tan deslumbrante como te recuerdo, aunque seguramente más, porque cada día ante mis ojos su belleza parecía incrementar y ten por seguro que yo en ese momento seré el hombre más afortunado del mundo—paso las manos por mi pelo sintiendo el nudo en mi garganta—si en otra vida nos volvemos a ver, tú serás mi esposa y me llamarás tu esposo. Porque siempre prometeré amarte en esta vida y en todas las que vengan, tú me hiciste ver lo que es amar con intensidad, ahora donde sea que estés, escucha esto—me quedo en silencio y trago fuerte para no llorar.
>> Si no te pude amar en esta vida, espero que en la siguiente sea diferente—y me quedo ahí en silencio, esperando una respuesta que sé que jamás llegará.
Sin embargo, por descabellado que parezca, yo si siento que tendré algún día, no en esta vida, quizás en otra de encontrarla y amarla como ella lo merece, dándole todo de mí.
Espero que hayan disfrutado de este extra que tenía preparado para después de que leyeran la boda, a esta promesa se refería Inuyasha para las que me preguntaron. Vuelvo a pedir que sean pacientes por mis actualizaciones lentas, cuando mi horario mejore entonces actualizaremos seguido.
Besitos.
Sayonara...
ESTÁS LEYENDO
Travieso Deseo
FanfictionCuatro años han pasado desde que Kagome dejó atrás su vida, desde aquel fatídico día donde descubrió una verdad que la destruyó. Ahora Kagome no es la misma chica de sonrisa fácil y sentimientos débiles. Es una mujer de armas a tomar que no le teme...