Prólogo

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Hyunjin sostiene con fuerza el papel entre sus manos, y mientras avanza en su lectura sus ojos se cristalizan cada vez más. Le gustaría poder echar a correr ahora mismo lo más lejos posible, pero sabe muy bien que aun por mucho que huya el problema que tiene encima lo seguirá a donde vaya.

No puede evitar recriminar el curso de sus acciones y las decisiones que tomó que lo llevaron a sostener ese papel con un resultado positivo en él. Era inevitable sentir que aquello era la condena que le pondría fin a su vida, la vida que estaba acostumbrado a llevar.

Y cuando colapsa, cuando ya no puede retener las lágrimas, su mente se encarga de evocar el recuerdo de la persona a la que quiere olvidar y las palabras que dijo, porque cada vez que recuerda se siente aún más estúpido.

Recuerda unos ojos claros que le prometieron amor eterno, recuerda los dulces susurros, las antiguas promesas y un cuerpo ajeno uniéndose al suyo en diversas ocasiones. Y todo finaliza con esos mismos ojos claros que un día lo miraron con tanta adoración ahora siendo gélidos, mientras los labios que solían repartir besos en su cuerpo sueltan dagas que se clavan en su iluso corazón.
Porque el alfa con el que estuvo sin defensa alguna le está diciendo que ya no lo quiere más, que fue divertido pasar el rato con él pero que solo para eso servía, para pasar el rato. Le dice que fue demasiado crédulo y que realmente no puede entender como pasó por su cabeza que algún día lo llegaría a marcar. Le dice que no es la gran cosa como para mantener por tanto tiempo su atención y que no lo quiere volver a ver, que ya se cansó de él.

Y su llanto aumenta, porque ese mismo alfa es padre del bebé que acaba de confirmar está creciendo en su vientre.

Huellas -JeongJin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora