Hyunjin se quitó sus gafas de descanso y se estiró en la silla, cerró el computador y consideró que era momento de tomarse un tiempo de pausa.
Su celular sonó y una sonrisa se pintó en su rostro al ver de quién se trataba.
Desde esa noche que Jeongin se quedó a dormir en su apartamento las cosas fueron de bien a mejor, fue como si un muro divisorio se hubiese derrumbado.
Al principio fueron pequeñas coincidencias. Encontrarse por casualidad y decidir hablar en algún lugar del agrado de ambos.
Ocasión tras ocasión por incidente, hasta que intercambiar mensajes se hizo una constante y llamarse para saber del otro un hábito, se vieron más a menudo y conocieron más sobre las costumbres de vida diaria que tenían.
Demasiadas coincidencias parecían obligarlos a pensar que estaban destinados a cruzar caminos.
El tiempo del alfa era limitado, pero siempre sacaba un momento para saber de su existencia y habían tomado el hábito de hacer videollamadas en las noches y en ocasiones ver películas "juntos" de esa manera.
Tuvo que soportar un exhaustivo interrogatorio de Minho y a Chan y Changbin curiosos, solo para después responder a más preguntas y ahora cada vez que lo ven con el teléfono en mano lo molestan diciendo que se trata de Jeongin.
Esa era otra cosa que le gustaba, sus amigos congeniaron bien con el alfa y lo integraron sin que él tuviera que pedirlo, misma historia con Félix. Aunque eso era de esperar teniendo en cuenta su antiguo historial con Chan y esa personalidad tan encantadora y genuina.
Ha estado tranquilo, juicioso con su tratamiento, solo con los típicos malestares de embarazo y ha tenido un alto rendimiento en su trabajo. Si, las cosas habían estado yendo extrañamente bien por una vez en mucho tiempo.
— ¿A qué debo el honor? — molestó.
— Estoy en mi momento de descanso para almorzar — respondió desde el otro lado — Y quiero saber si tú ya comiste.
Silencio fue lo que recibió como respuesta.
»— No quieras que le escriba a Minho para que me haga el favor de jalarte las orejas — dijo medio en broma medio enserio — ¿Qué te hemos dicho de la buena alimentación?
— Lo sé, lo siento. — se negó a permitir que la mueca infantil que quería adornar sus labios terminara de formarse — Es que estaba corrigiendo un nuevo manuscrito y... Y se me pasó el tiempo. — jugó con su cabello — Pero acabo de sacar un tiempo de descanso exclusivamente para comer — mentira.
— Bueno, digamos que te creo. Te veo comer.
Y la llamada se cortó, solo para recibir una videollamada entrante. Negó con su cabeza, pero una sonrisa estaba pintada en sus labios y se ensanchó aún más al ver al alfa al otro lado con la típica bata blanca, quien lo saludó con palillos en mano.
— ¿No que exclusivamente para comer? — le reprochó sin enojo — ¿Por qué no te veo en la mesa?
— Tenemos dos lugares de viaje, próxima parada, la cocina mi capitán — bromeó haciendo el gesto típico — Pero te aseguro que no me iba a quedar sin comer.
El alfa vio el rostro del omega mientras caminaba hasta la cocina, y después este dejó el celular puesto de un modo en que Jeongin tuviera la vista de él sirviendo su comida.
Fue hasta la mesa con un plato en mano y el celular en la otra, lo dejó reposar contra el servilletero y le mostró sus propios palillos al peliazul.— ¿Feliz?
— Ahora sí.
Y así comieron juntos, charlando sobre cómo está yendo su día hasta el momento y próximas cosas que tenían por hacer.
— Me cambiaron la fecha de la cita — le contó al alfa después de tragar lo que tenía en la boca. — No hay problema con eso, lo único que me desanima es que en esa fecha ninguno de los muchachos me puede acompañar — se refería a sus amigos — Y no quería ir solo, pero va a tocar. — se encogió de hombros.
— ¿Control prenatal? — vio como Hyunjin asentía del otro lado de la pantalla — ¿A qué hora y que fecha exacta? — tras recibir la respuesta del omega, se atrevió a proponerle algo — ¿Te parecería bien si yo te acompaño? Para mí no sería ningún problema.
Podía pedir el permiso y así tener ese lapso de tiempo libre de ocupaciones.
Hyunjin se quedó por un momento en silencio, pero después asintió.
— Me encantaría — dijo con una sonrisa — De verdad no sabes lo nervioso que me pongo cuando estoy solo.
Y continuaron hablando hasta que el tiempo de almuerzo de Jeongin finalizó y tuvieron que colgar la llamada. Él terminó su comida, lavó lo que ensució y volvió a su zona de trabajo en casa.
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Jeongin desechó lo que se podía considerar basura y después fue a lavarse las manos para continuar con su deber. Tenía un buen ánimo y eso era fácilmente notable.
El tiempo se le pasó volando y en poco ya fue su hora de salida. Se cambió y esperó a que Félix llegara por él.
Tenía su propio auto, incluso la licencia y todos los papeles de ley, pero él prefería caminar o tomar el bus que lo dejara lo más cerca posible a dónde vivía. Y también estaban esos días en los que su mejor amigo está libre de obligaciones y lo puede recoger.Félix siempre le dice que eso es una cosa muy rara, que teniendo cómo transportarse busque incomodarse a sí mismo en lugar de manejar su vehículo. También bromeaba diciendo que si le ofrecía un trabajo como chófer de cabecera renunciaría a su empleo y viviría de eso.
Cuando el auto aparcó frente a él, se subió y tiró sus cosas a los asientos traseros, saludó al rubio y suspiró con satisfacción al saberse libre de obligaciones.
— ¿Día pesado? — preguntó el otro alfa mientras conducía.
— Lo normal, creo. Aunque si quiero llegar a mi casa, ducharme y tirarme a la cama.
No sin antes hacer una llamada a alguien en específico. Le dijo su mente. Y su lobo pareció estar de acuerdo con esa afirmación.
— ¿Ya has pensado en la propuesta que te hicieron?
— Sigo en eso, un cambio de sede suena como algo grande, pero tengo que evaluar bien el panorama para tomar la mejor decisión.
— Todos estamos orgullosos de ti, los logros que tienes ahora te los ganaste a pulso — sonrió mirando al frente — Aunque, ya me voy preparando psicológicamente para la mega celebración que hará tu familia si decides cambiar de sede.
Jeongin sonrió sin responder, lo tenía más claro, su familia celebraría independiente a su decisión por el solo hecho de que se trataba de él, no por nada más de un amigo lo molestaba con eso de ser el pequeño tesoro de los Yang. En su familia casi todos han tomado la medicina como su oficio o alguna rama de esta por vocación, y él no fue la excepción. Nunca lo obligaron a nada, pero él quería ser igual de exitoso que su padre y sus hermanos que han triunfado tanto en ese campo. Gracias a eso el apellido Yang es bastante conocido, aunque él propiamente no lo sea ya que siempre disfruta tener un perfil bajo.
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Huellas -JeongJin-
FanfictionHay un omega que ha tomado malas decisiones, error tras error lo han llevado al punto en que está hoy. Nunca creyó que sería del tipo enamoradizo sin razonamiento a la mano, pero de nuevo, se equivocó. Fue esa equivocación lo que lo lleva a su actu...