Capitulo Treinta y Dos

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Jeongin regresa hoy.

Y eso significa que tendrá que enfrentar las secuelas de lo que pasó ese día.

¡Todo porque Jeongin regresa hoy!

Sobre ese día...

Honestamente no sabría cómo describir lo que pasó después. Tiene un nublado recuerdo sobre cómo fue que salió del apartamento del alfa.

Pero su ropa bañada por completo en ese aroma tan espectacular, y sobre todo cierta prenda arruinada por una reacción fisiológica bastante común en omegas; le dan a gritos la respuesta de que efectivamente pasó.

Que esa abrumadora tensión que lo dejó colgando en lujuria si sucedió.

Mejor aún, a pesar de que el lobo se hizo presente, estuvo supremamente claro que fue Jeongin en todo su esplendor quien manejó la situación.

Se siente satisfecho solo con el recuerdo.

Ahora.

Es el momento del regreso del alfa después de su baja por periodo de calor. ¿Ya mencionó eso?

Y está expectante, pero es sincero y se admite a sí mismo que no podría tolerar encontrar el más mínimo rastro de aroma extraño sobre el peliazul, ¿Tiene el derecho? No, tal vez no tiene el derecho, pero no hay manera en que su corazoncito ilusionado entienda eso, y mucho menos su terco y posesivo lobo.

Racionalmente entiende que pasar ese periodo en soledad es un completo martirio, y ojalá no haya tenido que pasar por eso. Solo... Tan solo quiere que llegue sin nada que le restriegue en la cara que estuvo con alguien y no fue él. ¿Es mucho pedir?

Está haciendo el gran esfuerzo de su vida, porque se encontró estúpidamente irritable desde que se enteró de que el peliazul se había ido, y aún así, sus amigos estuvieron al pendiente de cualquier cosa que pudiese necesitar. Una vez más se hizo bastante consciente de lo mucho que su rutina está ligada al peliazul. Fue algo agridulce.

Con sus pies hinchados y doloridos se arrastró hasta el auto, objetivo: llegar a la estación de trenes sin llorar.

¿Por qué él y no alguien más? Porque llamó a Félix para decirle que quería ser quien recogiera al alfa, y la respuesta que obtuvo a cambio fue una risita cómplice de total aprobación. Que buena persona es Lee Félix.

Dejó el auto parqueado donde corresponde, caminó de manera pausada y regulando su respiración lo mayor posible. ¡Qué frustración! Y eso que aún no se ha terminado de desarrollar ese cachorro, ¡Ha visto omegas con vientres mucho más grandes que el suyo!

Un escalofrío le recorrió el cuerpo de solo pensarlo.

Lento pero seguro, por fin llegó al lugar deseado. Menos mal salió con suficiente tiempo y llegó al ras.

Por fin un poco de buena suerte. Es lo que piensa cuando se escucha en los altavoces el anuncio de la llegada del tren que trae a quien espera ver.

Bajan y bajan pasajeros, y es solo casi al final que vislumbra esa figura conocida. E inexplicablemente tiene ganas de llorar otra vez.

Estúpidas hormonas inestables.

Cuando Jeongin está buscando, no encuentra a su rubio amigo, pero ve a cierto omega paralizado en la multitud. No dudó en acercarse, pero una vez a su lado, no tuvo siquiera tiempo a decir una palabra cuando ya tenía al hombre rodeando su cuerpo en un apretado abrazo.

Huellas -JeongJin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora