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—¡Oh mierda...!— exclamó.
—¡Oh, La La! ¡Hay un niño sexy a la vista! ¡jaja!— bromeó Ziyi.
—¿Debo soltarte?— le susurró Ji Li.
—No, ¡No lo hagas!
⸙˻ ✦╰┄┄┄┄ ⋯ ┄┄┄┄ ⋯ ┈ ╮ ☁︎𓄹멋진
—Veo que no hiciste caso a nada de lo que te dijo el director— Zhan se retiró las gafas, colocó las llaves y encendió el automóvil.
—Las ideas de ese director son muy patéticas, no estoy interesado en seguirlas— respondió.
—Creí que tu novio era el chico de cejas gruesas, pero veo que el de cara redonda fue el valiente— comentó el pelinegro, sin apartar su atención del viaje.
—No sé por qué todos piensan que entre ellos y yo existe una relación amorosa... digo, está bien que sea gay abiertamente, pero tampoco es para que me emparejen con cualquiera y jueguen con mi sexualidad— hasta él mismo se sorprendió de lo sincero que sonó— ahora que lo recuerdo, no tengo que darte información sobre mi vida— dijo Yibo.
—¡No intentaba descifrar datos tuyos! puedes andar con la mierda, solo no te mezcles con ella— sugirió él.
—¿A dónde vamos?—preguntó. Zhan había tomado otra ruta.
—Te llevaré a un lugar... es decir; necesito ir a ese lugar, por favor ¿Podrías comportarte?
—No prometo nada.
Condujo al rededor de media hora, su destino fue un hospital de rehabilitación.
—¿Qué hacemos aquí?— Yibo sintió una clase de horror corriendo por sus venas, ya que, podía ser posible que Zhan lo internara en el psiquiátrico de ese lugar. El mencionado no le respondió de inmediato, primero se permitió bajar del coche.
—Aquí está un amigo, venimos a visitarlo— Zhan esperó a que Yibo también saliera del auto y luego comenzó a caminar.
—¿Venimos, quiénes?... no quiero formar parte de tu orgía— añadió el peliazul.
—No habrá una orgía— aclaró. Mostró su identificación al guardia de seguridad, para poder ingresar al hospital, posteriormente, ambos entraron al centro de salud.
—¡Joven Xiao!— exclamó el médico que parecía estar esperándolo en el primer pasillo— ¡Hoy trajiste a tu pareja!...¿no me habías dicho que era una chica?— preguntó con el rostro confundido.
—Él no es mi pareja, Han. Lo traje conmigo para que conociera a Yuchen— mencionó Zhan.
—¡Oh!¡Cuánto lo siento! A veces soy muy imprudente. Ya decía yo que era muy joven para ti. Hola ¿cómo te llamas— lo saludó amablemente.
