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“A mí me gustan los idiotas y Cheng Yi no parece un idiota”.
Todos los huéspedes de la casa fueron cruelmente despertados a causa de unos fuertes lamentos, un llanto más debastador que el de una película de terror. YangZi estaba hecha un mar de lágrimas. Su vestido, su preciosísimo y carísimo vestido había desaparecido.
Ella pensaba que todo el mundo estaba en su contra, invirtió todos sus ahorros en aquél vestido, se suponía que en la fiesta nadie iba a brillar más que ella, pero había desaparecido sin dejar ningún rastro.
—¡No, no, no! ¡Las cosas no pueden terminar así! ¡Estás siendo muy injusto conmigo!— Expresó YangZi.
—Antes de buscar culpables, tranquilízate. Piensa sensatamente, tu vestido no pudo haber desaparecido del planeta, en algún lugar debe de estar. Si mí chico tomó ese vestido, te puedo asegurar que solo fue un juego de niños. — Justificó el pelinegro “Mmm... ¿Zhan? ¿Cómo te explico todo lo que sucedió? ¡Okay! Es muy fácil de comprender: Tu adorable chico fabricó nuevos trapos de cocina con ese vestido... Jaja que súper juego”
—Ahí está el problema, Zhan, él ya no es un niño ¡Tu noviecito es una cosa diabólica!— Dijo la rubia.
—YangZi, cuida tus palabras. Mi Yibo es rebelde y está loco, eso es correcto. Sé que él es capaz de hacer cualquier travesura, pero eso no es suficiente para decir que tiene un demonio dentro. — Contestó Zhan.
—Es que tú no lo entiendes. ¡De verdad lo intenté, pero es odioso! ¡Él no puede conseguir todo lo que quiere!
—¿Vas a seguir insistiendo con eso? Creo que HaiKuab tenía razón, todo lo relacionado con tu arrepentimiento solo fue una farsa para quedar bien conmigo.
[...]
—No sé de que me estás hablando— Pronunció Yibo. ¿Más indignado? ¡Imposible!... Su carita de: “Estoy enojado contigo” lo decía todo —¿Por qué tengo que ser el culpable de todas las cosas malas que suceden?
—No te estoy culpando, pero hablemos con honestidad: Aquí no existe alguien que haga más travesuras que tú. — Dijo Zhan.
—¿Disculpa? ¿Ahora me convertí en un infantil?— Yibl se llevó la palma de su mano al pecho.
—¡Yibo, no quiero más dramas! ¿Sí podrías complacerme en eso, mi pequeña travesura en vida?
[...]
—¿Y...? ¿Ustedes que tanto estaban haciendo el día de ayer?— Preguntó HaiKuan y en seguida fijó su mirada hacia Ziyi, Yibo y FanXing. Todos estaban reunidos en la sala, incluyendo a Zhan.
—¡Ay no! ¿Tú también saldrás con tu cuestionario de psicólogo? ¡Ya me cansé de explicar!— Reprochó Ziyi. Yibo, por su parte, se volvió a recargar en YuZe.
