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Al regresar a la ciudad de Henan, lo primero que hizo Zhan, fue ir a ver a Lian. Pero antes, Yibo le pidió que lo llevará a su casa diciendo que estaba cansado y que después él mismo visitaría a su madrina.
En realidad, necesitaba tiempo a solas para pensar. Las cosas se fueron de una forma y regresaron completamente volteadas; ya no estaba a cargo de un chico sexy, guapo y odioso, bueno aún seguía siendo así, pero este chico ahora era su novio. ¿Cómo debía comportarse ahora?
⸙˻ ✦╰┄┄┄┄ ⋯ ┄┄┄┄ ⋯ ┈ ╮ ☁︎𓄹멋진
—¿Recuerdas la vez que me observaste mientras dormía?—Preguntó el peliazul, ambos estaban acostados tranquilamente en la cama de Yibo.
Por un segundo se creyó ese lazo de unión entre novios que les permitía hablar de cualquier cosa.
—Durante nuestra estancia en el hotel, te observé varias veces mientras dormías— Admitió, fue sincero y no sentía vergüenza— Así que no sé a qué vez te refieres.
—A la vez que... Espera ¿Qué?— Se sentó de golpe.
—Ahora no importa- rió— Continúa con lo que estabas diciendo— Zhan volvió a acostarlo a su lado.
—Esa vez tuve un sueño, no creo que te guste escuchar mi sueño...— Empezó a hablar muy seguro de contarlo, pero esa seguridad se desvaneció.
—¡Ah lo recuerdo! Cuando soñaste que nos besamos en la habitación de lavado— Esto no fue un accidente, Zhan fue consciente de que se le soltó la lengua.
—¿Cómo sabes qué...?— Cuestionó el peliazul con las cejas fruncidas.
—Yo también tuve ese sueño, fui a verte y por tus locas reacciones supe que estabas soñando algo parecido— confesó— Solo que desperté antes que tú porque...
—Porque...— Yibo repitió la última palabra dicha por su novio, cuando éste no habló más.
—Es algo difícil de explicar.
— ...
—¿Cómo fue ese sueño para ti?— ahora preguntó Zhan y evadió el tema de su erección.
—¿Sabes qué?... Se me acaba de olvidar que fue lo que soñé— Mintió y se dio la vuelta hacia el lado contrario del pelinegro
—¿Ahora mágicamente se te olvidan los sueños eróticos que tienes conmigo? ¡Buena jugada, BoDi!— Zhan sonrío divertido, pasó una de sus manos y lo abrazó por la cadera.
—De verdad no recuerdo nada.
—... ¿Quieres que te ayude a recordar?— susurró sensualmente en su oído.
