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Sabía que se trataba de Lu, la exnovia de Zhan; también sabía que se había metido en un par de problemas más, porque eso era lo que Xuan quería: ocasionar problemas.
—Bo, no hagas caso— le dijo ZhuoCheng.
—Quédate tranquilo Cheng, tengo que hacerlo.
Yibo se giró poco a poco, colocó sus manos dentro de las bolsitas delanteras de sus jeans, su rostro trasmitía seguridad, por primera vez se le veía en son de paz, no sentía miedo, pues él no se había equivocado.
—¿Tú qué haces aquí, Xuan?—mencionó. La castaña mayor estaba toda despeinada con el cabello opaco, más pálida de lo normal, y con unas ojeras y bolsas predominantes abajo de los ojos.
—Parece que se te olvidó, tú y yo tenemos tantos asuntos que arreglar niñito— contestó.
—Debería tener asuntos a tratar contigo... Debería, pero en realidad no los tengo, no me interesa hablar contigo— Yibo negó, sincero.
—Tú te metiste con lo que me pertenece, tienes que pagar por eso— le amenazó.
—Xuan Lu, ZhanGe no es un objeto, ni tampoco es tuyo, él no le pertenece a nadie, es una persona que puede tomar sus decisiones. Solo él puede decidir con quién quiere estar, y si no te escogió, ese no es mi problema— se encogió de hombros.
—Todo estaba perfecto, yo ya tenía planeada una vida juntos, pero llegaste tú a echar a perder todo— continuó LuLu.
—No fue mi intención, yo no hice planes para destruirte y, de cualquier forma, Xiao algún día se tenía que alejar de ti porque eres una obsesiva, Lu. No puedes aferrarte de esa forma a una persona, no puedes obligarla a estar a tu lado porque nunca serás feliz.
—¡Cállate! No quiero seguir escuchando— de los elásticos de sus pantalones sacó una pistola, que bien podría no traer balas, pero corría peligro.
Los amigos de Yibo se acercaron cuando notaron la furia encendida en los ojos de LuLu, mostrando que si se metía con uno, se metía con todos.
⸙˻ ✦╰┄┄┄┄ ⋯ ┄┄┄┄ ⋯ ┈ ╮ ☁︎𓄹멋진
Zhan miró la hora en su teléfono y pasó a comprobar que la hora estaba correcta con el reloj de su muñeca, Yibo iba retrasado con cinco minutos, no era tanto tiempo, pero la última vez que lo dejo solo, todo terminó mal.
Emprendió el paso hacía donde imaginaba que podían estar los amigos de Yibo, hasta la pequeña cantina que estaba en el primer patio del campamento.
Sintió un peso sobre su cuerpo ante la imagen que vio. Yibo y LuLu discutiendo y... la castaña mayor amenazándole con un arma.
—LuLu, No es gracioso. ¡Por favor baja eso!—Pidió Zhan metiéndose en medio de ambos, poniéndose enfrente de Yibo, para protegerlo, como prometió que lo haría siempre.
—¡Bebé! Todo estará bien, pero tengo que destruirlo, tengo que acabar con él para que podamos ser felices— la voz de Xuan se tornó ronca, mostrando completamente a la maniática que tenía escondida.
—No quiero que sigas lastimando a toda persona que se me acerqué, ¡Lu, necesitas la ayuda de un especialista!
—Yo te quiero a ti, Zhan. Tú eres solo para mí y no voy a compartirte— insistió
—Lu, en el pasado llegué a quererte. No quiero dañarte, pero nunca podré quererte de esa manera— Zhan fue sincero.
Durante su noviazgo con Xuan, sintió afecto hacia ella, pero no era el cariño que un novio le tenía a una novia.
—Bien entonces tampoco podrás quererlo a él— LuLu apretó el arma, aún sin disparar, dando a entender que no tenía en cuenta lo que estaba haciendo y que no tardaría en disparar. —Volverás conmigo, y en la ciudad todo volverá a ser como antes, solo tienes que amarme, y que te quede claro que si no eres para mí no serás para nadie.
La respiración de Zhan se agitó, Yibo se encontraba en la misma situación, entrelazó sus manos con las del pelinegro.
—Lo que tú sientes no es amor. Ni ZhanGe, ni yo lo planeamos... solo pasó. Llegué a odiarlo, pero ahora es distinto. No sé si esto vaya a funcionar, pero tú debes esperar a la persona indicada para ti— gritó Yibo.
Lu guardó silencio, sin bajar el arma.
—¡Ya basta! ¡No cometas una locura!— FanXing también llegó, junto a Anke, se habían enterado gracias a escándalo ya formado en el hotel.
—LuLu... amiga, dame esa pistola.
—Aléjate de mí Anke... tú también FanXing, o no respondo— les apuntó. Los lazos de familia y amistad ya no existían, solo quería defender lo que creía que le pertenecía.
Apretó el gatillo y disparó.
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