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—Un momento... Estoy asimilando toda esta situación— Mencionó HaoXuan en la habitación de Ziyi— ¿Están diciendo que se quedarán aquí por todo lo que resta del día... ? ¡Oh no! ¡Por favor! ¡Estamos en una playa! ¡Una playa!— Continuó irónico.
—¿Tan difícil es aceptar que no tenemos ganas de salir? Además, no es tan grave el asunto, estaremos muchos días aquí— Contestó Ziyi.
—¡Ya cierren la boca!— Suplicó Yibo. El pobre se dividía entre tristeza, enojo, angustia y desesperación.
Ese “No tenemos ganas de salir” en realidad era un “Yibo no tiene ganas de salir”.
Ziyi no necesitaba explicaciones para entender que un asqueroso defecto estaba molestando a su mejor amigo.
La presencia de YangZi le provocaba una extraña crisis de ansiedad.
Esa chica no desaprovechaba ningúna de las oportunidades que tenía para resbalarse a través de los talones de Zhan.
¿Y Zhan...? Él siempre sería demasiado perfecto.
No buscaría problemas con YangZi, ni con ningúna otra chica a menos de que fuera muy necesario.
Hasta el momento, las insinuaciones de la rubia no habían dado resultados.
Para Xiao Zhan seguían siendo invisibles, o simplemente no les tomaba importancia y quizá esa razón era la que más le sumía en la frustración. El pelinegro no se mostraba perturbado y eso le hacía pensar que se estaba volviendo loco y que solo eran imaginaciones suyas.
Yibo no quería ser un novio celoso, posesivo y controlador, no quería ser como Lu, quién diría que en algún momento de su vida iba a comprenderla.
HaoXuan decidió que no saldría de la habitación si no se llevaba a los otros tres con él. Volteó a ver a sus amigos para pedir ayuda y convencer al par más necio del mundo.
JiLi y JiYang estaban jugando con dos latas de Coca-Cola que ellos mismos habían vaciado. ZhuoCheng estaba perdido en el sofá con FanXing a un lado.
—¿Por qué todos amanecieron tan aburridos el día de hoy?— Se resignó.
—¿Disculpa?— Respondió JiYang ofendido, al igual que JiLi.
—Bueno, creo que el problema es muy obvio— Comentó JiLi —Se trata de la chica esa, ¿verdad?
Yibo, quien estaba tirado en una de las camas, agarró una almohada y la presionó sobre su cara.
—Oye, no deberías estar así— Agregó Hao —¿De plano se lo dejarás así de fácil?
—¡Wow! ¡HaoXuan! Es la primera cosa buena que te he escuchado decir en toda la vida— Se burló la pelirroja.
—La “solución” no está en mí... No soy su mamá como para estar todo el tiempo detrás de él. No quiero que, por mi causa, se sienta entre la espada y la pared. ZhanGe tiene la oportunidad de la decisión y siempre irá en busca de lo que lo quiere. Si es que la elige a ella, lo hará sin importar si estoy a su lado o no— Yibl resumió sus problemas.
—¡Relajate, hombre!— Se acercó JiLi —Tú eres un rey, ella es la resbalosa. Siempre, sin importar lo que pase, serás mejor que ella.
Su amigos podían sacarlo de quicio más de diez veces al día, pero eran sus amigos y siempre tenían algo para hacerlo sentir mejor.
—Lo más importante es la confianza, ¿no?— Agregó ZhuoCheng por lo bajo, él también se encontraba extraño.
—¿Te pasa algo?— Preguntó FanXing pasando uno de sus brazos por su espalda, él negó.
Alguien tocó la puerta de la habitación, Song se acercó para atender y después le dio el paso a uno de los camareros del hotel. El chico preguntó por Yibo y después le hizo firmar unos papeles, pues había ido a entregar un paquete.
El peliazul no recibía obsequios fuera de su cumpleaños y navidad, pensó que todo era una broma, pero no pudo resistirse ante la tentación de abrir la caja de cartón. Los demás lo rodearon como espectadores
Lo primero que encontró fue una nota.
«Hola, mi dulce niño, me las arreglé para poder enviarte un pequeño regalo de graduación. Te encantará, te lo garantizo. ¡Te quiero!
Xiao Lian»
—¡Oh, qué delicia!— Expresó JiYang.
La caja estaba llena de caramelos y chocolates como “skittles” y “m&m's”. Además de mascarillas, tintes de cabello y cosméticos Maybelline.
—Uff... ¡Te amo, madrina!— Sonrió. En presencia de las golosinas todos sonríen —¿Qué les parece una tarde de spa casero?— miró a Ziyi y FanXing.
—¡Perfecto! Tres gays, una chica y tres chicos— Corrigió HaoXuan.
—Si prometes ser cuidadosa y discreta, dejaré que me pintes las uñas y hasta que me pongas maquillaje— Mencionó JiYang mirando a Ziyi.
—¡Y a mí el cabello!— Añadió JiLi.
—¡Les hará falta compañía!— Finalizó ZhuoCheng.
Obviamente ellos solo querían quedarse para degustar los caramelos. Yibo tomó unos paquetes de dulces se los dió y los sacó a empujones de la habitación.
“Que empiece la tarde de remodelación personal”
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