«012»

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El silencio y la tranquilidad, la mayoría de veces, indicaban que algo estaba mal

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El silencio y la tranquilidad, la mayoría de veces, indicaban que algo estaba mal. Sobre todo si se convivía con un chico muy ruidoso.

Zhan caminaba de izquierda a derecha, en el pasillo de las habitaciones. El chico parecía estar tranquilo, encerrado en su habitación y eso era extraño.

Después de pensar por una eternidad, dió tres toques a la puerta. Yibo no respondía, pero él había cumplido en tocar; así que abrió la puerta y recibió una corriente de aire helado. Claramente porque la ventana estaba abierta, no había señales de Yibo por ningún lado, eso lo resumía todo.

—¿Por qué insistes tanto en salirte con la tuya? Eres tan necio. Aquí la pregunta es ¿Cómo logras salirte con la tuya? No, esto no puede quedarse así. Si tú no te rindes, yo menos lo haré— susurró para él mismo.

Moría por ir a buscarlo, pero no tenía ninguna pista; llamarlo al teléfono sería inútil, solo quedaba esperarlo y cuando él regresara lo pondría en su lugar.

⸙˻ ✦╰┄┄┄┄ ⋯ ┄┄┄┄ ⋯ ┈ ╮ ☁︎𓄹멋진

Casa solitaria, jardín con piscina, música urbana proveniente de un muro de bocinas a las órdenes de un DJ, excelente combinación.

La fiesta de adolescentes no estaba para nada mal, todo iba transcurriendo con naturalidad; chicos retorciéndose al ritmo de la música, algunos debajo del agua divirtiéndose con lo que les fuera posible, otros casi teniendo relaciones en pleno patio.

—¡Jaja!¡Sigo sin creer que estemos jugando esto! ¿Lo hará?— dijo el del cabello azul.

—¡Diablos! ¡No puede ser! Es un cobarde, ¡no lo hará!— contestó la castaña, todos seguían con la mirada en su amigo  Zhuo Cheng

—¡Ánimo, ChengCheng! ¡Tú puedes!— gritó Ji Li.

—¡Sí, no me importa que te hagas en los pantalones!— agregó Hao, también gritando a todo volumen.

Su compañero se acercó al grupo de vanidosas chicas en traje de baño y después plantó un beso inocente en los labios de una de esas chicas.

—¡Oh! ¡En tu cara, nena! ¡Perdiste! ¡Me debes 1000 yuanes!— festejó JiYang. Él y Ziyi habían hecho una apuesta.

—¡Claro que no! Ese no fue el trato— replicó Ziyi. Aunque el trato fue verdadero, todos sabían que era de broma, Ziyi nunca pagaría.

Cheng regresó a su lugar de la rueda en el suelo y volvió a girar la botella de vidrio vacía.

Sé encontraban jugando el antiguo juego de “la botella”, también conocido como “verdad o reto”.

El tequila que le faltaba a cierta botella, era el mismo licor que cada uno de los adolescentes tenía en su organismo.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫|| 𝚉𝚑𝚊𝚗𝚈𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora