Bulma es obligada a casarse con un hombre que no conoce, su padre es quien la obliga a hacer tal cosa con el único objetivo de obtener más dinero al asociar su empresa con la de su futuro yerno.
Pero lo que el Dr. Brief no sabía, era que estaba entr...
Después de unos segundos los pensamientos de Vegeta se cortaron cuando sintió algo vibrar en su pecho, seguido de un sonido agudo. Alguien le estaba llamando.
Vegeta metió la mano en su saco y Bulma al notar su intenciones habló — ¡Ni se te ocurra contestar mientras conduces! — Vegeta la ignoro completamente y atendió la llamada, su mano izquierda sobre el volante y su mano derecha tomaba su celular que ahora estaba en su oído.
Bulma soltó un suspiro y volvió a dirigir su mirada al frente, tal parece que no le importa tener un accidente de carretera, ella al no haber estado tanto tiempo con Vegeta en un auto no sabía que tan diestro era al volante y eso la asustaba.
Bulma giró rápidamente hacia él cuando lo escucho gruñir — ¡Olvídalo! ¡Tú y todo tu equipo están despedidos!
Bulma vio que Vegeta volvió a enojarse de golpe, volvió a agarrar el volante con fuerza, sus dientes ahora rechinaban y ese tic en su ceño fruncido volvió, no suficiente con eso, soltó una maldición. Su estado de humor estaba peor de lo que estaba cuando subieron al auto, Bulma simplemente decidió no decir nada, no va a negar que si le daba algo de miedo ver a Vegeta tan enojado. Además de que ya faltaba poco para llegar a casa.
Vegeta acababa de despedir al grupo de detectives que llevaban trabajando para él desde hace dos años, les había dado tres días más desde la última vez que habló con su detective y este le comunicó que aún no tenían noticias de un hombre que esté en el país con un corte en la mejilla.
Estaba más irritado de lo normal por la ineficiencia de supuestamente "El mejor grupo de detectives de Japón"
Al cabo de unos minutos ya estaban frente a las grandes rejas las cuales se abrieron cuando Vegeta tocó el claxon. Introdujo el auto dentro y lo estacionó en el patio, apagó el motor. Su enojo seguía por las nubes y su presión al volante no había disminuido ni un poco.
Bulma se dio cuenta de la situación, estaba en un auto con un hombre que estaba ardiendo en enojo.
La situación hizo que recordara algo que leyó por ahí.
"Muero por hacerlo en su carro"
"Hacerlo cuando esté ardiendo en ira, un hombre enojado es capaz de destrozarte en la cama"
Sacudió rápidamente su cabeza al ver por dónde iban sus pensamientos. Esas dos fantasías sexuales que en algún momento leyó pasaron por su mente y ella tenía la oportunidad de hacer realidad esas fantasías que vio que querían experimentar otras mujeres.
Lo vio desabrocharse el cinturón de seguridad y ahí fue cuando decidió actuar.
— Vegeta, mírame — Lo llamó y él volteó hacia ella.
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