Capítulo Extra.

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Han pasado dos años desde que Ancel y yo nos dimos el tan anhelado "Si" Hans Müller nació una tarde de agosto, recuerdo que fue el maravilloso sonido de su llanto que pude escuchar, nació pesando tres kilos novecientos gramos. Fue muy bien recibido por nuestra familia y ni se diga por mi mafioso que está vuelto loco con su primogénito.

Hans es el vivo retrato de su padre es como una mini copia de él, Gretchen, Alphonse y Adler están locos de amor por mi bebé.


Flashback...

—Ancel ¿y como les diremos a todos que nos hemos casado prácticamente a escondidas?. —digo ya que vamos de vuelta a la mansión. Ancel viene manejando a pedido a sus guardaespaldas que vaya en la otra camioneta, Mikail y Abbey a estas alturas ya se ha de encontrar llegando a Islas Mykonos, después la llamare no pienso arruinar su luna de miel.

—No tenemos que explicar nada Yana ya somos adultos y tomamos nuestras propias decisiones, ya esta además de que separados somos un maldito desastre desde ayer eres mi mujer totalmente mía . —dice apretando mi mano, llegamos hasta la finca de Ancel los portones ceden y entramos a el enorme terreno propiedad de mi mafioso.

—¿Y qué pasará con mis estudios ahora que estoy embarazada y he perdido la beca? en Raleigh estaba tomando las clases en línea. —me siento preocupada ya que la universidad a la que asistía aquí es demasiado costosa.

—Amor ni tienes de qué preocuparte tienes dos opciones es tu decisión.—habla conciliador con la mirada puesta en su mansión los coches de sus padres están aparcados.

—Dime te escucho.  él se gira hasta mi y me jala hasta quedar encima suyo, coloco ambas piernas a los lados quedando a horcajadas. —¿A caso no tuvo suficiente con lo de anoche señor Müller? —pregunto burlona.

—Nunca tendré suficiente de ti Yana. —dice besando mi cuello doy gracias a Dios que ha comenzado a caer una lluvia torrencial y no se alcanza a mirar por el cristal frontal de la camioneta, los demás cristales están tintados de un negro profundo no se mira nada hacia adentro.

—Ni yo de ti Ancel, te amo con locura mi amor. —dejo un beso en sus labios y él sonríe nos quedamos mirándonos fijamente por un momento que se me antoja eterno. 

—La opción uno: puedes esperar a que el bebé llegue al mundo y retomar la carrera. La opción dos es: Que tengas maestros particulares que vengan a casa a darte las clases.  Yo pagaré tus estudios pero con una condición—

—Dime te escucho —tengo curiosidad por lo que pueda decir.

—Necesitas llevar guardaespaldas a todas horas a donde sea que vayas, no pienso arriesgarme a revivir el pasado. Es un error que no se puede volver a cometer. —pienso un momento la oportunidad que me está ofreciendo y decido que es mejor estudiar desde casa.

—En realidad prefiero estudiar desde casa, se me haría más cómodo y me sentiré segura aunque para ser sincera no le temo a nada ni nadie, igual me debes de dar un arma para mi defensa personal. —en su rostro se le ilumina una enorme sonrisa y acorta la distancia para besar mis labios a los minutos nos separamos por falta de aire.

—Jamás tendré suficiente de ti se me hace imposible pensar que eres mi esposa. —

—Pienso lo mismo de ti. —

Ambos bajamos de la camioneta y corremos hasta la puerta de su casa, entramos y todas las personas se vuelven para posar su atención en nosotros.

—¡Carajo Ancel te estamos llamando desde ayer y no atiendes el móvil pensamos lo peor de ustedes!. —el señor Alphonse reprende a su hijo que aunque es un mafioso tiene padres y familia que aún se preocupan por él.

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora