Capítulo 2

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Estoy plantada en este mismo lugar no me atrevo a levantar la cabeza aún siento la penetrante mirada de el joven atractivo que bajó de la camioneta, me decido a emprender mi camino cuando por la terquedad lo vuelvo a mirar este le dice algo al otro chico que voltea y mira en mi dirección y sonríe socarrón . Trato de hacerme la tonta, a estas alturas mis mejillas han de estar de un color carmesí, ese hombre es un tanto misterioso. Ya que no es mucha la distancia que nos separa se puede apreciar el físico de ambos pero sinceramente me llama la atención él.

El hombre imponente de traje, a distancia se aprecia que es alguien importante ya que los autos son muy lujosos. Tiene el cabello negro azabache, supongo que mide un metro ochenta, si no es que hasta más. Tiene el cuerpo fornido de seguro le ha de dedicar varias horas en el gimnasio.
Parece un modelo de revista, es de piel clara y es muy atractivo. ¿Qué se sentirá besar sus labios carnosos?.

—¡Por Dios! Yana ¿Qué estás pensando?— me reprendo a mí misma, jamás he tenido pensamientos hacia un hombre y mucho menos un acercamiento, jamás he dado un beso no es que sea una ñoña pero mis padres y Abbey siempre me han sobre protegido en especial la ultima aludida.  Haciendo acopio de todas mis fuerzas me doy media vuelta e ingreso a la universidad, siento su penetrante mirada en mi espalda y decido apretar el paso.

***

El día pasa entre clases y presentaciones ya que soy nueva, después de que entré a las instalaciones fui hasta la dirección del plantel y pedí mi horario. La secretaria muy amablemente me mostró las instalaciones. Al chico que bajó de la camioneta esta mañana no lo volví a mirar en todo el día. ¿Qué parentesco tendrá con el hombre misterioso? Esa duda no se disipa de mi mente en todo el día, suena el timbre y todos salen del aula de historia, con calma guardo mis cosas y salgo del lugar voy muy distraída cuando me choco con alguien y caigo sobre mi trasero, más bochornoso no puede ser, lentamente levantó la cabeza.

—Entschuldigung, schöne Frau, ich bin ein Idiot—( Perdone bella dama soy un tonto). El chico de mirada tierna dice algo en su idioma y no le entiendo, me le quedó mirando con el ceño fruncido hasta que extiende su mano y yo la tomo gustosa total un accidente cualquiera lo puede tener inmediatamente el chico me levanta del suelo. Me ayuda a recoger mi bolso que ha caído para otro lado, me sonríe con amabilidad y le devuelvo el gesto. Pero poco a poco se va borrando la  sonrisa del joven, algo mira detrás de mí y sale muy aprisa dejándome parada en medio de los pasillos, toda confundida me doy la vuelta para saber de que o quien se trata ¿Qué lo puede asustar tanto?.
Me sorprendo ya que detrás de mí está parado el chico que han traído las camionetas, es muy alto tengo que voltear hacia arriba, tiene los ojos de un color verde místico.

—¿Se encuentra usted bien señorita?— Me pregunta a lo que me debato en responderle un momento, su acento es un poco peculiar de seguro ha de ser alemán.

—Si.. si estoy bien solo ha sido un pequeño accidente —Le respondo con cortesía, pero me encuentro muy nerviosa, es muy alto este chico.

—Hola mucho gusto mi nombre es Adler Müller, ya nos hemos mirado esta mañana en la entrada— se presenta divertido.

—Ah sí, lo recuerdo— digo sonriendo con timidez.

—Por cierto dijo mi hermano que es usted muy bella— dice guiñando el ojo en modo de coquetería, me sonrojo al instante, ¿Acaso él se fijó en mí? Salgo de mi asombro y decido responder.

—Gracias —es lo único que atino a decir, no quiero que note que su comentario me ha perturbado de sobremanera ya que yo he pensado casi lo mismo de él, hasta imagine como se sentiría besar sus labios. ¡Pecadora! me grita mi subconsciente.

—¿Cómo te llamas rubia?— me cuestiona divertido.

—Yana Sallow, mucho gusto— le respondo extendiendo mi mano, él la toma y besa el dorso.

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora