Capítulo 19

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─¿Te sirvo un poco de vino nena? ─Me pregunta Ancel y acepto aunque no me apetece beber, pero una copa junto a él no me hará mal. 

─Claro que si, me encantaría beber un poco. ─le respondo él se dirige al mini bar que se encuentra en la Suit, toma dos copas y vierte un poco de vino para ambos. Llega hasta mi y me ofrece una copa y la agarro. Pruebo un sorbo del exquisito vino tinto que pasa por mi garganta, permitiéndome a los segundos sentir ese sabor entre dulce y amargo a la misma vez, frío pero en cambio caliente. Ancel luce tan bello tan elegante, tan cautivador este hombre. Su cuerpo emana ese dulce olor a perfume que tanto lo caracteriza y me vuelve loca, un mechón de cabello resbala por su frente, él no hace lucha en acomodarlo así que me tomo la libertad de hacerlo por él.

Con las yemas de mis dedos tomo ese rebelde mechón de cabello negro y lentamente lo deslizo detrás de su oreja, él se estremece por lo helado de mis dedos, me toma por la cintura rápidamente y se sienta en el sofá me coloca entre sus piernas. Acaricia mis caderas con ambas manos, eleva su mirada hasta chocar con la mía 

─¿En que piensas Yana? está noche y todos los días prometo hacerte feliz nena, quiero que no pienses en nada ni nadie mientras estés conmigo. ─sentencia sonriendo, lentamente se pega a mi cuerpo recarga su cabeza entre mi cuello y aspira el aroma de mi cabello. Me gusta que esté así.

─Hueles exquisito nena y me gusta. ─dice y paso mis manos por detrás de su espalda y acarició su nuca. 

─Tu también me encantas Ancel, adoro el aroma de tu perfume jamás lo olvidaría a antes de que lo olvide gracias por traerme a este viaje, tus amigos son maravillosos me sentí tranquila en esa casa con la compañía de Ginebra y los pequeños.─

─Me alegra que te sientas feliz nena, ese es mi objetivo para ti el hacerte la mujer más feliz del mundo mereces eso y mucho más después de tanta mierda que te hice pasar.─ 

─Gracias Ancel por todo. —digo observando sus hermosos ojos que me escrutan de pies a cabeza, Ancel aprieta su agarre en mi cintura y lentamente sube mi blusa. Va dejando suaves y húmedos besos por mi vientre, acción que me causa un escalofrío por todo mi cuerpo. Poco a poco voy quitando de un botón en uno de su camisola hasta acabar y despojarla de él, quedando su torso desnudo permitiéndome observar esos tatuajes que marcan su linda piel. 

Ancel, se deja caer de espaldas en el sofá y me hala cayendo mi cuerpo encima de él  pruebo sus labios, que tiene ese sabor a vino. Nos besamos lentamente como si no existiera un mañana, como si el mundo nos perteneciera y la vida no pasara, a cada que estoy con él se congela el tiempo, las horas las hacemos eternas y eso me da calma. Siento que nuestros problemas se olvidan y el mundo gira a nuestro favor, adoro estar con él la manera en la que me mira, me toca, me hace sentir es  maravillosa desearía que esto que tenemos jamás pasé. Ancel se ha convertido en mi mundo en tan poco tiempo que le ruego a Dios y al cielo que siempre me permita estar con él.

***

Los rayos del sol que entran por las cortinas me despiertan, Ancel permanente aún dormido anoche entre besos y caricias nos quedamos dormidos, el viaje nos dejó exhaustos. lentamente retiro su brazo que envuelve mi cintura, de su garganta sale un gruñido pero no despierta. Rápidamente me dirijo al cuarto de baño y hago mis necesidades, me adentro a la ducha que realmente la necesito, abro el grifo y dejó que agua tome la temperatura adecuada. Después de unos segundos ya está lista y me despojo de mis prendas me adentro a la ducha a los segundos el agua comienza a resbalar por mi cuerpo, es tan relajante, cierro mis ojos para sentir está sensación tan exquisita, amo este momento de la mañana. Mi cuerpo da un respingo al sentir a Ancel tomarme de la cintura, realmente no sentí cuando ingreso a la ducha, de mis labios escapa una risita este hombre es tan implacable.

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora