Capítulo 18 (3/3)

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El día pasó muy rápido cenamos y conversamos de trivialidades. Los pequeños hace una hora se han dormido, así que continuamos en la sala de estar. William y Ancel, han estado bebiendo y en una conversación que es sólo de ambos, de vez en cuando Ancel me observa y sonríe, su mirada me pone un poco nervioso. Ginebra y yo nos encontramos jugando a las cartas.

—¿Así que tú eras monja? Me animo a preguntar ya que está tarde William comento algo al respecto.

—Así es Yana lo era hasta que William llegó a mi vida, y le dio un giro de 385°. Me enamoré como una loca adolescente de él.. —dice y pierde su mirada hacia afuera por el gran ventanal de la sala. La chimenea está encendida así que la casa es muy acogedora.

—Ha de ser una linda historia de amor algún día me gustaría escucharla. —le digo observando a ese par de hombres que platican en voz baja solo para ellos, como pretendiendo no ser escuchados por nosotras, de vez en cuando nos regalan miradas Ginebra y yo hemos tomado una buena conversación ella es una chica muy agradable se nota su nobleza.

—Encantada Yana aunque no me creerás pasamos por muchísimas pruebas. Sufrí tanto por William, que llegué a pensar que jamás estaríamos juntos. Pero la vida nos tenía destinados el uno para el otro, así que hoy en día somos muy felices. Todo se puede nena Dios, siempre está protegiendo nuestros pasos y nuestro camino.—argumenta tirando su juego de cartas y ganando la partida.

—Lo sé Ginebra, ¿pero como te enamoraste de él? Esa es mi curiosidad digo si no soy muy atrevida y entrometida por preguntar. —quisiera saber su historia de amor..

—Como dijo mi esposo era monja un día en la clínica donde trabajaba me asignaron un caso muy especial, lo acepté después de consultarlo con la madre superiora. A lo cuál ella me dio su permiso, al día siguiente llegué a esta mansión portaba mi hábito. Mi trabajo era cuidar de la madre de William, una excelente mujer que padecía un tumor cerebral y, cáncer terminal. —dice y suspira tomo su mano y la aprieto en apoyo se nota que le duele hablar de ese tema, y me estoy arrepintiendo de haber preguntado.

 —,Al llegar a la mansión me recibió el hombre más atractivo que mis ojos pudieron mirar, portaba un traje negro hecho a la medida, sus ojos me hipnotizaron al instante me cautivo. Sentí un tipo de mariposas en mi estómago de solo mirarlo a lo que me reprendía internamente, por mi malos pensamientos.
Su cabello negro, su color de piel, esos labios, me cautivaron además de su forma tan imponente me atrapó su fuerte voz tan varonil y a la misma vez tan sensual.
Traté de evitarlo los más que pude, pero la tentación me venció y caí al mes de eso quedé embarazada de Liam y Milena. Es sólo que no estuvimos juntos, por qué él se unió en matrimonio con la hija de un socio así que yo me mudé a Dublín, Irlanda. Huyendo de mi pasado, huyendo de él. Pero el destino es tan sabio que nos volvió a unir, no de la mejor manera pero lo logró. Pasamos por tanto pero al final lo logramos. Nunca creas todo imposible, todo se logra Yana, los obstáculos se vencen si hay amor verdadero, solo ten fe. —aprieta mi mano.

—¡Wow! Ginebra, es una historia digna debería ser escrita. Es maravilloso en la forma que él te mira, es como si fueras todo su mundo. —Ginebra sonríe.

—Amo a ese hombre tan maravilloso, al padre de mis hijos. Él me ha hecho muy feliz. Pero ya hemos hablado lo suficiente de mí. ¿Qué me cuentas de ti y de Ancel? —Me cuestiona a lo que me pongo un poco nerviosa y a la misma vez melancólica, tomo aire y lo dejo salir.

—Es complicado lo que hay entre nosotros —digo señalando con el dedo a ambos y ellas asiente. —,Es muy complicado yo sinceramente lo quiero y se que tenemos poco tiempo de conocernos, y es casi imposible de poner nombre a esto pero siento algo que es demasiado fuerte por él, y que jamás lo he sentido con alguien más. Dime Ginebra ¿Qué me aconsejas? Ya vez el tipo de vida que él lleva y sinceramente no sé si pueda con eso.-

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora