Lentamente voy a la cocina y tomo un cuchillo de la gaveta me dirijo nuevamente a la sala y me quedo en silencio, la puerta nuevamente es tocada con insistencia ya no son suaves lo toques si no ya están tomando agresividad. Sostengo el cuchillo en mi pecho y trato de calmar mi respiración. ¿Y si nuevamente son esos hombres? ¿Y si está vez no llega a tiempo Ancel para salvarme?. Miles de preguntas se arremolinan en mi mente, decidida a correr a mi habitación a pedir auxilio cuando escucho la voz que alegra mis días, y eso calma la tormenta de confusiones que llevo en mi cabeza. Aliviada suelto el cuchillo que cae al instante a mis pies causando una leve herida en mi pie derecho, del lugar sale un poco de sangre pero eso ya no importa, corro hasta la puerta y la abro. Me lanzo a los brazos de Ancel, que respira agitado y en sus ojos puedo notar la confusión y la preocupación, sus hombres entran detrás de él, revisan todo el lugar para asegurarse que todo esté bien.
─Despejado jefe, todo está bien. ─afirma uno del los matones, que viste todo de negro al igual que los demás no debe de ser un joven de más de veinticinco años.
─Se pueden retirar, ya saben los puntos que deben de ocupar, quiero el perímetro asegurado. Ya sabes que quiero a los francotiradores en los lugares específicos que ya les asigne, cualquier situación extraña me lo haces saber a mi o a Mikail.─
─Entendido jefe, nos pasamos a retirar permiso señorita. ─dice el chico saliendo del apartamento junto a sus compañeros. Ancel empuja la puerta cerrando esta al instante. Luce tan sexy siendo tan autoritario, jamás lo había visto en esa faceta de hombre mandón.
─¿Por qué no abrías la puerta? estaba a punto de derribarla. Pensé que te había sucedido algo malo, he tratado de comunicarme contigo y no atiendes el teléfono. Llame a Mikail ya que sé, salió con tu hermana y me ha dicho que estabas en casa. ─me riñe, se pasa la mano por el cabello despeinando su cabello que luce un poco mas corto el mechón rebelde le cae por su frente y rápidamente lo tomo y lo paso detrás de su oreja. Se me antoja tan sexy la manera en la cuál luce, todo en el grita atracción pura.
─Lo siento Ancel, estaba mirando una película y mi móvil se encuentra debajo de mi almohada, me has asustado tanto pensé que serían aquellos hombres. ─le digo aferrándome a su cuello como cual pequeña niña, aspiro el aroma de su perfume que me sabe a gloria lo he extrañado tanto más de lo que se imagina.
─Todo está bien nena, mis hombres te siguen cuidando allá afuera. ─asegura envolviéndome en su brazos apretando mi cuerpo al suyo, no se cuanto tiempo pase de eso pero me decido a soltarlo lo tomo de la mano y él guarda su arma que hasta ahorita me doy cuenta que la sostiene en sus manos. Lo llevo a mi recámara ambos nos sentamos al borde de la cama y es cuando decido preguntar lo que tanto me ha estado carcomiendo la mente.
─¿Por qué no has llamado?. ─solo digo eso y Ancel evade mi pregunta.
─Yana, sangras de tu pie déjame revisarlo. ─dice y eso me enfurece.
─Me importa una mierda lo que me pase Ancel, te he preguntado por qué en esta semana no he recibido una sola llamada tuya. ¿A caso ya no te importo?. ─le pregunto y observó como pasa saliva, él vuelve la vista a otro lado miro como aprieta los puños con tal fuerza hasta volver sus nudillos sumamente pálidos.
─No digas eso aunque si te lo explicara no lo entenderías Yana, son cuestiones de trabajo. ─Dice sereno y yo me enojo cada vez más, necesito una maldita explicación razonable de su comportamiento está última semana.
─¿A caso no te puedes dignar y hacer una maldita llamada? ¡¡Ha!! ya lo sé, has estado con otras mujeres como acostumbras pero ¿sabes que? Olvídalo no necesito sentirme así, quiero paz en mi vida, puedes irte. ─digo y pretendo salir de la habitación cuando Ancel me toma del brazo y me arroja a la cama, se sube encima mío. Toma mis manos y las coloca sobre mi cabeza, dejando expuesto mi escote ya que el abrigo que llevo puesto ha quedado abierto, y me besa tan apasionadamente que me desarma, me besa con tanta intensidad me niego a seguirle el beso pero a los segundos cedo ante él. Lo he anhelado tanto estos días, lo he pensado que ya extrañaba hasta su aroma, este hombre me vuelve loca. A los minutos terminamos el beso con nuestras respiraciones agitadas, me mira a los ojos.
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Inocencia Corrompida
RomanceElla es Yana Sallow, chica humilde, tímida de clase baja y de familia muy trabajadora. Se ha graduado de la preparatoria con las mejores notas y gracias a eso ha recibido una beca, e irá de intercambio a la ciudad de Dortmund, Alemania. Para ingresa...